Las autoridades rusas deben poner fin a los malos tratos por parte de la policía contra manifestantes, periodistas y detenidos, antes de que se celebren las próximas manifestaciones convocadas en protesta por las elecciones, ha dicho hoy Amnistía Internacional. Según informes, más de 1.000 personas, entre ellas periodistas, fueron arrestadas tras las manifestaciones celebradas en protesta por la manipulación de votos en las elecciones parlamentarias del pasado domingo. Las cifras varían, pero es posible que más de 100 personas continúen detenidas, aunque muchas han sido puestas en libertad a la espera de la vista de sus casos ante los tribunales. Amnistía Internacional ha recibido numerosas denuncias de malos tratos contra personas detenidas, manifestantes golpeados por la policía, negación de tratamiento médico, y vistas a puerta cerrada. Hay convocadas nuevas protestas, por lo que la organización pide a las autoridades rusas que frenen la actuación de la policía y que respeten el derecho de los ciudadanos rusos a la celebración de manifestaciones pacíficas. “La cifra de arrestos no se ha justificado de ninguna forma -ha afirmado John Dalhuisen, director adjunto del Programa para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional-. Tememos que la policía rusa esté simplemente sofocando las protestas, sin tener en cuenta si son pacíficas o no.” “Las manifestaciones pacíficas espontáneas como respuesta a acontecimientos políticos significativos están claramente garantizadas por el derecho internacional de los derechos humanos. Las protestas que hemos visto en los últimos días en Rusia entran dentro del marco de protección.” “Los manifestantes contrarios al régimen han sido detenidos únicamente por gritar ‘¡libertad!’ o ‘¡necesitamos otra Rusia!’, y ahora muchos de los detenidos no están recibiendo el trato mínimo exigido para las personas recluidas bajo custodia”, ha expresado John Dalhuisen. “Estos detenidos son presos de conciencia y deben ser liberados de inmediato.” Entre los numerosos casos de agresiones por parte de la policía contra periodistas claramente identificados se encuentra el de Aleksandr Chernikh, del diario Kommersant. El periodista ha narrado cómo el 4 de diciembre los agentes de policía de Moscú lo lanzaron contra el suelo, saltaron sobre su cuerpo y lo golpearon repetidas veces tras haberles mostrado su pase de prensa. Olga Kurnosova, miembro de la oposición en San Petersburgo, tuvo que ser trasladada al hospital después de haber sido detenida por la policía el 4 de diciembre. “Nos preguntamos por qué están deteniendo a un gran número de manifestantes contrarios al régimen, mientras que los partidarios del gobierno, reunidos también en los mismos sitios, no han sufrido ninguna consecuencia”, ha dicho John Dalhuisen. Muchos de los amigos y familiares de algunos detenidos se han puesto en contacto con Amnistía Internacional para denunciar numerosas violaciones, como, por ejemplo, que la policía está negando el suministro de alimento a los detenidos, y que la comida que les llevan sus familiares no se les está haciendo llegar. Según algunas fuentes de información, aproximadamente 100 personas ya han sido condenadas, algunas a detención administrativa. A otros detenidos se les han impuesto sanciones económicas. Las autoridades han fijado restricciones en los juicios, tales como vistas a puerta cerrada en al menos un tribunal de Moscú. Amnistía Internacional pidió una explicación ante este incumplimiento de las normas de juicios justos, y la respuesta del portavoz del tribunal fue: “Creo que es una medida necesaria para garantizar el normal funcionamiento del tribunal”.
