La ejecución de Ajmal Kasab por su participación en los atentados de Mumbai de 2008 tira por la borda gran parte de los avances que había hecho la India respecto de la pena de muerte, ha declarado Amnistía Internacional. Kasab, ciudadano paquistaní, fue ahorcado esta mañana en la prisión de Yerawada de la ciudad de Pune. En 2010, un tribunal especial le había declarado culpable de participar en los atentados de Mumbai, en los que murieron más de 150 personas y resultaron heridas más de 250. Los más de 80 cargos de los que fue declarado culpable incluían cometer actos de terrorismo y conspiración criminal para cometer asesinato. “La ejecución de hoy representa un importante paso atrás de la India, que se une a la minoría de países que siguen ejecutando”, afirmó V. K. Shashikumar, director de Programas de Amnistía Internacional India. La condena a muerte impuesta a Ajmal Kasab fue confirmada por el Tribunal Supremo indio el 29 de agosto de 2012, y según informes, el presidente rechazó su petición de indulto el 5 de noviembre. Antes de que Kasab presentara su solicitud, el presidente tenía pendiente de resolución once peticiones de indulto de sendos condenados a muerte. No se informó al abogado de Ajmal Kasab ni a la familia de éste, en Pakistán, de la ejecución inminente, lo que vulnera las normas internacionales sobre el uso de la pena de muerte. “Reconocemos la gravedad de los delitos de los que ha sido declarado culpable Ajmal Kasab, y expresamos nuestras condolencias a las víctimas de estos actos y a sus familias, pero la pena de muerte es el castigo cruel e inhumano por excelencia”, declaró Shashikumar. “Además, nos desconcierta profundamente tanto la rapidez poco habitual con que se ha rechazado su petición de indulto como el secreto que ha rodeado su ejecución.” La reanudación de las ejecuciones en la India se produce justo dos días después de que la comisión de derechos humanos de la Asamblea General de la ONU adoptase un proyecto de resolución en la que se pide una moratoria global de la pena de muerte, con vistas a su abolición total. La votación de la Asamblea General de la ONU confirma la firme tendencia global hacia la abolición de la pena de muerte. Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte porque viola el derecho a la vida, proclamado en la Declaración Universal de Derechos Humanos. La organización se opone a la pena capital en todos los casos sin excepción, con independencia de la naturaleza y las circunstancias del delito; de la culpabilidad, inocencia u otras características del delincuente; y del método empleado por el Estado para realizar la ejecución. Las autoridades indias deben establecer de inmediato una moratoria inmediata de las ejecuciones con vistas a abolir la pena de muerte, con arreglo a las resoluciones adoptadas por la Asamblea General de la ONU desde 2007.
