En respuesta a una declaración del general Degefe Bede, director general de policía de Addis Abeba, según la cual cerca de 3.000 jóvenes fueron detenidos en la capital etíope durante el fin de semana, de los que 174 serán acusados y 1.200 recluidos en el campamento militar de Tolay para someterse a “rehabilitación educativa”, Joan Nyanyuki, directora de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos, ha manifestado:
“Las autoridades etíopes han hecho un esfuerzo loable en los últimos meses para vaciar las cárceles del país de personas detenidas arbitrariamente; no deben volver a llenarlas sometiendo a más personas a detención arbitraria y reclusión sin cargos. El gobierno debe renovar su compromiso con una nueva era de respeto y defensa de los derechos humanos.
La mayoría de las detenciones se basaban en supuestos delitos no reconocidos por el derecho internacional, como fumar en arguila o consumir cat. Deben quedar en libertad si no son acusados de algún delito reconocible. Las personas detenidas por participar en las protestas relacionadas con los recientes enfrentamientos étnicos deben quedar todas en libertad de inmediato y sin condiciones.
Además, las autoridades deben garantizar que las personas detenidas tienen acceso a sus familias y a representantes letrados de su elección, y que ni una sola sufre tortura u otros malos tratos bajo custodia.”
Información complementaria
En una conferencia de prensa ofrecida en Addis Abeba, el director general de policía Degefe Bede aseguró que las redadas llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad durante el fin de semana respondían al aumento de la delincuencia en la ciudad y estaban dirigidas contra atracadores y ladrones, con el resultado de casi 3.000 personas detenidas.
Según el director general, más de la mitad —1.459 personas— fueron detenidas en bares y fumaderos Se detuvo a 94 personas por consumir cat, hoja de suave efecto narcótico, y a 31 más en casas de juego. Algunas de las que fueron detenidas por mascar cat o fumar en arguila han quedado en libertad.
Otros 1.200 jóvenes fueron detenidos por participar en las manifestaciones contra la violencia étnica celebradas el 15 de septiembre en Burayu y trasladados al campamento militar de Tolay, en el suroeste de Etiopía, donde se encuentran en detención arbitraria para su “rehabilitación educativa”.