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El hostigamiento a las ONG debe cesar

En junio de 2011, un graffiti apareció cerca de la vivienda de Olga Sadovskaya, acusándola de apoyar el terrorismo y de traición a su país. Olga y sus colegas del Comité Interregional contra la Tortura acababan de recibir un premio de derechos humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. © Inter-regional de ONG Comité contra la Tortura

Amnistía Internacional expresa su preocupación por el reciente hostigamiento sufrido por varias ONG rusas el día de la entrada en vigor de la nueva ley sobre organizaciones no gubernamentales, y pide a las autoridades que investiguen a fondo y sin demora estos incidentes.

Amnistía Internacional expresa su solidaridad con las organizaciones no gubernamentales rusas de derechos humanos Memorial, el movimiento público “Por los Derechos Humanos” y el Grupo Moscovita (de la Federación Internacional de Helsinki por los Derechos Humanos) ante los ataques vandálicos de sus respectivas sedes en Moscú, y reitera su preocupación por el rápido empeoramiento del ambiente para el trabajo en favor de los derechos humanos en Rusia.

El 21 de noviembre, en el edificio de la ONG Memorial y del Movimiento Público “Por los Derechos Humanos” aparecieron unos graffiti con el siguiente mensaje en ruso: “Agentes extranjeros ♥ EE. UU.”. Asimismo, en el edificio del Grupo Moscovita de la Federación Internacional de Helsinki por los Derechos Humanos se colocaron pegatinas con el texto “Agentes extranjeros”.

Ese mismo día, el movimiento juvenil afín al Kremlin “Joven Rusia” organizó un piquete ante el edificio del Centro de Transparencia Internacional en Rusia. Según la declaración que apareció en el sitio web de “Joven Rusia”, los activistas pedían a los representantes de esa organización que se registraran como “agentes extranjeros”.

A Amnistía Internacional le preocupa que estos incidentes se produjeran el mismo día de la entrada en vigor de la Ley Federal “sobre introducción de cambios en ciertas partes de la legislación de la Federación Rusa respecto a la regulación de las actividades de organizaciones no comerciales que desempeñan funciones de agentes extranjeros”.

Amnistía Internacional ya había expresado su honda preocupación por las consecuencias que tendría esta ley sobre la libertad de asociación en la Federación Rusa, y en particular por sus efectos sobre el trabajo de las organizaciones de derechos humanos en el país. Como habían señalado Amnistía Internacional y muchos otros activistas de derechos humanos dentro y fuera del país, el nuevo requisito de que las ONG que reciben fondos del extranjero se registren como  “agentes extranjeros” no sólo supone para ellas otra carga administrativa, sino, lo que es más importante, puede crear una percepción negativa de sus actividades debido a la connotación negativa del término “agente extranjero” en ruso, y probablemente forma parte de una represión más amplia de la sociedad civil en el país.

A Amnistía Internacional le preocupa especialmente el actual deterioro del ambiente en el que desarrollan sus actividades las ONG de derechos humanos. En los meses siguientes a la toma de posesión de Vladimir Putin como presidente del país, se han introducido varios cambios legislativos que imponen nuevas restricciones sobre la libertad de reunión, asociación y expresión. Además de la obligación ya mencionada de que las ONG se registren “como organizaciones que realizan las funciones de agentes extranjeros”,  los cambios incrementan las restricciones que afectan a las manifestaciones públicas y elevan las multas para quienes no las cumplan, vuelven a tipificar el libelo como delito e introducen definiciones más amplias y vagas de alta traición y espionaje. El Parlamento ruso está estudiando otro proyecto de ley que tipifica como delito la blasfemia.

Los incidentes mencionados arriba no hacen más que aumentar la preocupación por las consecuencias negativas de esta ley.

Además, a Amnistía Internacional le preocupan particularmente estos incidentes dado que la organización realiza el seguimiento de la tendencia general de incesante intimidación y hostigamiento de los defensores de los derechos humanos, periodistas y activistas de la sociedad civil en la Federación Rusa. Precisamente hace un mes expresó su grave preocupación por las amenazas contra un destacado defensor de los derechos humanos y miembro del personal de Human Rights Watch. Anteriormente, en su informe de octubre de 2011 titulado, Acallar a golpes a quien denuncia, Amnistía Internacional describió el clima de intimidación, hostigamiento y ataques contra los defensores de los derechos humanos en la Federación Rusa. En el informe se señalaba que los defensores de los derechos humanos, periodistas  y activistas de la sociedad civil están en el punto de mira por su trabajo, que estos ataques no se están investigando exhaustiva e imparcialmente y que no se pone a sus autores a disposición judicial.

Amnistía Internacional entiende que los destrozos a las instalaciones de Memorial y del Movimiento Público “Por los Derechos Humanos” fueron denunciados formalmente a las correspondientes agencias encargadas de hacer cumplir la ley, y que el Grupo Moscovita tiene intención de denunciarlos próximamente. A este respecto, Amnistía Internacional insta a las autoridades rusas a que abran sin demora una investigación  eficaz e imparcial y pongan a los autores de los ataques a disposición judicial.  La organización reitera que el hostigamiento y los ataques contra activistas de la sociedad civil, incluidos defensores de los derechos humanos, aunque sean cometidos por actores privados, si van acompañados de la inacción reiterada de las autoridades para investigarlos eficazmente, vulneran claramente las obligaciones de derechos humanos de Rusia.

Amnistía Internacional reitera asimismo su llamamiento a las autoridades rusas para que se aseguren de que los defensores de los derechos humanos pueden actuar libremente y sin temor a ser hostigados, se abstengan de denigrar públicamente a estos activistas y demuestren su compromiso con la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales fomentando un clima que invite a una mayor participación de la sociedad civil en los asuntos públicos y la crítica legítima de las acciones del gobierno.

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