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El fallo del tribunal de apelaciones, un mensaje de advertencia para la disidencia

Imagen de las protestas en Mascate, capital de Omán © George Haddad/Demotix

Un tribunal de apelaciones de Omán ha confirmado las declaraciones de culpabilidad y condenas a prisión de cinco hombres y una mujer, en una resolución que, según Amnistía Internacional, forma parte de los constantes ataques a la libertad de expresión en la nación del Golfo. El 5 de diciembre, el tribunal de apelaciones de la capital, Mascate, confirmó los fallos condenatorios dictados previamente contra las seis personas por insultar al sultán y publicar material difamatorio a través de Internet; cada uno de los cinco hombres fue condenado a un año de cárcel y una multa de 1.000 riales (unos 2.600 dólares estadounidenses), y a la mujer se le impuso una condena menor. “Este fallo del tribunal de apelación demuestra que las autoridades omaníes no tienen intención de poner fin a su constante represión de la libertad de expresión”, ha afirmado Philip Luther, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el norte de África. “Los disidentes encarcelados únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión serían presos de conciencia. Amnistía Internacional pediría a las autoridades omaníes que los dejasen en libertad de forma inmediata e incondicional y que anulase sus declaraciones de culpabilidad.” Todas las personas acusadas tienen entre 20 y 40 años; se trata de Bassam Abu Qasida, profesor; Hilal al Busaidi, empleado de una empresa privada; Issa al Masudi, profesor de árabe; Abdullah al Abdali, estudiante; Muhammad al Kiyumi, y Maymouna al Badi. El tribunal de primera instancia de Mascate condenó inicialmente a los cinco hombres el 6 de agosto de 2012; la condena a prisión impuesta a Maymouna al Badi se dio a conocer el 26 de agosto, y posteriormente se redujo a 20 días. Según activistas omaníes, los seis tienen intención de recurrir contra este último fallo ante el Tribunal Supremo del país. Pero, dado el carácter político de los juicios hasta el momento, muchas personas se muestran pesimistas con respecto a la posibilidad de anulación de las condenas. Además, en las próximas dos semanas está previsto que el tribunal de apelación emita el fallo sobre los casos de otros 14 activistas condenados en agosto por cargos similares relacionados con protestas. Los juicios comenzaron hace unos meses, tras las detenciones de numerosos escritores, activistas y blogueros practicadas en Omán a finales de mayo y principios de junio. Hasta ahora, al menos 35 personas han sido condenadas o están siendo procesadas por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y reunión. Las manifestaciones registradas en Omán a comienzos de 2011 –que coincidieron con las protestas populares en Oriente Medio y el norte de África– lograron una serie de reformas políticas y sociales, pero las férreas restricciones a la libertad de expresión y reunión siguen vigentes. En 2011, decenas de manifestantes fueron detenidos y, en muchos casos, procesados. La policía omaní también disolvió violentamente manifestaciones en varias ocasiones, y, según informes, provocó la muerte de al menos un hombre en la ciudad de Sohar. Represión de activistas La oleada de represión más reciente comenzó el 31 de mayo de 2012, con la detención de tres activistas que pretendían viajar al campo petrolífero de Fohoud, situado unos 250 kilómetros al suroeste de Mascate, para documentar una huelga de trabajadores del sector petrolífero iniciada una semana antes. Según los informes, los tres detenidos –el abogado Yaqoub al Kharousi y los activistas Habeeba al Hinai e Ismail al Muqbali, del recién creado Grupo Omaní por los Derechos Humanos– fueron acusados de incitar a participar en una manifestación. Habeeba al Hinai y Yaqoub al Kharousi quedaron en libertad bajo fianza el 4 de junio, pero Ismail al Muqbali continúa detenido. En junio se practicaron varias decenas de detenciones de escritores y activistas; sólo el 11 de junio, al menos 22 personas fueron detenidas tras una protesta pacífica en el exterior de la jefatura de policía de Mascate, en la que pedían que se dejara en libertad a las tres personas detenidas el 31 de mayo. Durante ese tiempo, el fiscal general de Omán hizo varias declaraciones en las que amenazó con emprender acciones judiciales contra cualquiera que publicara “escritos ofensivos” en los medios de comunicación o en Internet si se consideraba que incitaba a otras personas a actuar “con el pretexto de la libertad de expresión”. El 10 de junio, un fiscal confirmó las detenciones en el diario Times of Oman y afirmó: “Estamos vigilando a los blogueros que utilizan esas plataformas”.  En otra declaración oficial aparecida en el sitio web de una agencia de noticias de Omán se afirmaba que las publicaciones que “provocan sentadas y huelgas […] son contrarias a los valores y la moral de la sociedad omaní. […] Esta práctica supone un perjuicio para la seguridad nacional y los intereses públicos”. “Este tipo de declaraciones son una clara muestra del desprecio oficial por la libertad de expresión en Omán”, ha afirmado Luther. “Las autoridades omaníes deben poner fin a la represión y respetar las obligaciones que tienen contraídas en el ámbito internacional, protegiendo y defendiendo el derecho de todas las personas a ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión.”

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