La Quinta Sección de Terrorismo del Tribunal Penal de El Cairo ha condenado hoy a Bahey el Din Hassan, destacado defensor de los derechos humanos actualmente en el exilio, a 15 años de cárcel por cargos falsos de “insultos a la judicatura” y “difusión de noticias falsas”. En respuesta a la noticia, Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África, ha declarado:
“Una vez más, las autoridades egipcias han confirmado su implacable intolerancia con las posturas críticas y la libertad de expresión. Bahey el Din Hassan es uno de los fundadores del movimiento de derechos humanos de Egipto y esta condena, impuesta en su ausencia, es una burla de la justicia y transmite un mensaje paralizante a este acosado movimiento. Egipto sigue siendo una prisión al aire libre para los defensores y defensoras de los derechos humanos que aún no están tras las rejas o han tenido que exiliarse, ya que las autoridades golpean con falsos cargos contra la seguridad del Estado a toda persona que se atreva a criticarlas a ellas o a sus draconianas leyes, o a defender los derechos de las incontables víctimas de violaciones de los derechos humanos perpetradas por el Estado.
“Egipto sigue siendo una prisión al aire libre para los defensores y defensoras de derechos humanos que aún no están tras las rejas o han tenido que exiliarse”Philip Luther, Amnistía Internacional
“Condenamos enérgica y categóricamente el fallo emitido hoy contra Bahey el Din Hassan, y pedimos la anulación de su sentencia condenatoria y su pena. Las pruebas con las que se ha condenado a Bahey el Din Hassan fueron tuits sobre la terrible situación de los derechos humanos en Egipto y sobre su participación en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, donde pidió justicia para Giulio Regeni, estudiante italiano sometido a desaparición forzada y víctima de homicidio ilegítimo. Los tribunales también se basaron en investigaciones realizadas por la famosa Fiscalía Suprema de la Seguridad del Estado, unidad especial de la Fiscalía responsable de delitos contra la seguridad del Estado y por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), cuerpo especial de policía implicado en la desaparición forzada y la tortura y otros malos tratos de personas detenidas, que actúa con impunidad. Éste es un sombrío ejemplo de la deformación que ha sufrido la definición de delito de las autoridades egipcias.
“Amnistía Internacional considera que los cargos por los que ha sido condenado Bahey el Din Hassan son totalmente infundados y se basan únicamente en su trabajo de defensa de los derechos humanos. Las autoridades deben asegurarse de que este indignante fallo es anulado y retirar todos los demás cargos y medidas arbitrarias existentes contra él.”
Información complementaria
Bahey el Din Hassan, es fundador y director del Instituto Cairota de Estudios de Derechos Humanos. Fue acusado de “difundir a través de las redes sociales noticias falsas que podrían socavar la seguridad y el interés públicos” e “insultar a la judicatura”, en aplicación de las disposiciones del Código Penal de Egipto sobre delitos contra la seguridad del Estado y de la draconiana ley de delitos informáticos de 2018. Este tipo de cargos se presentan habitualmente contra cualquier persona que ejerce pacíficamente su derecho a la libertad de expresión para criticar o hacer comentarios sobre asuntos públicos y de gobierno en Egipto.
En 2014, Bahey el Din Hassan se fue de Egipto tras recibir amenazas de muerte, y actualmente vive en el exilio. En abril de 2016, un juez de instrucción dictó una prohibición de viajar y una orden de congelación de bienes contra él como parte de una investigación por motivos políticos sobre el trabajo de las organizaciones de derechos humanos en la causa 173, conocida como “caso de la financiación extranjera”, en la que al menos a 31 defensores y defensoras de los derechos humanos y miembros del personal de organizaciones cívicas se les ha prohibido viajar, mientras que a 10 se les han congelado sus bienes. En septiembre de 2019, un tribunal condenó in absentia a Bahey el Din Hassan a tres años de cárcel y pago de una multa de 20.000 libras egipcias (unos 1.300 dólares estadounidenses) por “insultar a la judicatura”.