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Defensores de derechos humanos amenazados

Acto de AI Francia sobre A. Politkovskaya y la libertad de expresión en Rusia. © Laurent HINI

Han transcurrido cinco años desde el asesinato de la periodista de investigación Anna Politkovskaya, y apenas se han registrado avances para aumentar la seguridad de los periodistas y los defensores y defensoras de derechos humanos que se atreven a desvelar los abusos o cuestionar la autoridad en Rusia, ha declarado hoy Amnistía Internacional. “En Rusia, periodistas, defensores y defensoras de los derechos humanos, y activistas de la sociedad civil son perseguidos y a menudo asesinados a causa de su trabajo. Es algo que no se puede tolerar.  Los ataques no se investigan de modo pleno e imparcial y tampoco se procesa a los responsables”, ha manifestado John Dalhuisen, director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.

“Mientras las voces críticas no reciban el reconocimiento y la protección que necesitan –y a los que tienen derecho–, Rusia no tendrá la sociedad civil que precisa. En su lugar seguirán proliferando la corrupción, el abuso de poder y las violaciones de derechos humanos”.  

Aunque se ha avanzado algo en la investigación sobre el asesinato de Anna Politkovskaya el 7 de octubre de 2006, sigue sin haber garantías de que se va a enjuiciar a todas las personas implicadas en él, incluidas las que ordenaron este crimen.   

Defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y activistas de la sociedad civil siguen siendo víctimas de amenazas y hostigamiento por trabajar valerosamente desvelando la corrupción y los abusos contra los derechos humanos en toda la Federación Rusa.   

Desde 2006, varios periodistas, así como defensores y abogados de derechos humanos, han sido víctimas de agresiones, brutales palizas o asesinato. Sólo se ha investigado satisfactoriamente y se ha condenado a los responsables en los casos de los asesinatos del abogado Stanislav Markelov y la periodista Anastasia Baburova. Otros casos siguen sin resolverse, como el secuestro y asesinato de la defensora de derechos humanos Natalia Estemirova, las brutales palizas sufridas por Oleg Kashin, periodista de Kommersant Daily o Mikhail Beketov, redactor jefe del diario Khimkinskaia Pravda.

El próximo año, activistas de Amnistía Internacional seguirán haciendo campaña para que se investiguen de forma plena e imparcial las agresiones a defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y activistas de la sociedad civil en Rusia. Los activistas de la organización instarán a las autoridades rusas a que garanticen que los defensores y defensoras de los derechos humanos pueden trabajar libremente y sin temor a sufrir hostigamiento.

 “Si queremos contribuir a cambiar el clima de impunidad y alentar cambios positivos, será fundamental que la sociedad civil cuente con la solidaridad y el firme apoyo internacional”, ha afirmado John Dalhuisen.

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