“El juicio del abogado chino de derechos humanos Wang Quanzhang es una farsa cruel y Wang debe ser puesto en libertad de forma inmediata e incondicional”, ha declarado Amnistía Internacional.
Wang es uno de los pocos abogados que siguen detenidos tras la oleada de represión masiva que lanzó el gobierno chino en 2015 de la que fueron víctimas 250 profesionales del derecho y activistas. Está acusado de “subversión del poder del Estado”, que conlleva una pena máxima de cadena perpetua, ante el Tribunal Popular Intermedio Número 2 de Tianjin.
“Esto es una farsa judicial en la que se persigue a Wang Quanzhang sólo por defender pacíficamente los derechos humanos”, dijo Doriane Lau, investigadora sobre China de Amnistía Internacional.
“Wang Quanzhang lleva ya más de tres años recluido injustamente, durante los cuales su familia ha sufrido la angustia de no saber si estaba vivo hasta hace poco. Debe ser puesto en libertad de forma inmediata e incondicional.”
La policía detuvo a Wang el 3 de agosto de 2015. Hasta julio de 2018 su familia no supo, a través de un abogado de confianza, que estaba vivo y recluido en Tianjin.
Un abogado contratado por su familia pudo entrevistarse finalmente con Wang Quanzhang en el centro de detención el 12 de julio de 2018. Fue la primera vez en todo el tiempo que lleva detenido en que Wang pudo ver a un abogado de su elección. El abogado dijo que, cuando lo visitó, Wang Quanzhang parecía muy asustado. Se teme que haya sufrido tortura y otros malos tratos bajo custodia.
“Wang Quanzhang estuvo desaparecido en un agujero negro tres años, durante los cuales sólo las autoridades chinas conocían su suerte. Sin salvaguardias jurídicas, como el acceso periódico a su abogado y a su familia, sigue estando en grave riesgo de sufrir tortura y otros malos tratos”, afirmó Doriane Lau.
Según los informes, otros profesionales del derecho detenidos en la oleada de represión de 2015 y puestos en libertad más tarde han denunciado que fueron sometidos a palizas y obligados a permanecer de pie hasta 15 horas seguidas y a tomar medicamentos.
Ante de ser detenido, Wang Quanzhang trabajaba en asuntos considerados delicados por el gobierno chino, como la defensa de la libertad religiosa y la representación de miembros del Movimiento Nuevos Ciudadanos, red de activismo de base que promueve la transparencia en el gobierno y denuncia la corrupción.
Debido a su papel en la defensa de estos casos, Wang había sufrido con frecuencia incidentes de intimidación antes de su detención.
Li Wenzu, esposa de Wang, hace campaña infatigablemente para que su esposo vuelva a casa sano y salvo. Desde que éste fue detenido, sufre hostigamiento y vigilancia constantes.