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Venezolanos y venezolanas toman medidas desesperadas para huir

Por Carolina Jiménez, investigadora adjunta para las Américas de AI y Alicia Moncada, responsable DESC de AI,

La última vez que Génesis Vasquez oyó la voz de su esposo, éste estaba a punto de subir al pequeño bote de madera que iba a llevarlo desde Venezuela a la vecina isla de Curaçao. Incapaz de encontrar un trabajo fijo en Venezuela y con problemas para mantener a su familia, Jóvito Gutiérrez Yance confiaba en encontrar nuevas oportunidades fuera del país.

“Reza por mí y enciende una vela”



“Fue por nosotros, por nuestros sueños”


Génesis Vasquez muestra una fotografía de su esposo Jovito que ha estado desaparecido desdeel 10 de enero del 2018. © AI











“casi todas las personas que llegan proceden exclusivamente de las áreas de la delincuencia, los empleos ilegales y la prostitución”.


La casa de Normelys y Danny en Vela de Coro, Venezuela.





"Dile a mis hijas que las quiero; estaré bien adonde vaya. No estés tristeTenía la voz de quien se está despidiendo”.

Me dijo: "Dile a mis hijas que las quiero; estaré bien adonde vaya. No estés triste. Tenía la voz de quien se está despidiendo”.

Normelys, Venezuela
“Mi vida allí fue horrible”Quería traer medicinas, comida, pero no te dejan comprar medicinas ni siquiera con un historial médico. Me sentí totalmente impotente”.

Nereida muestra un póster dibujado por sus hijos dedicado a su padre Oliver. Él es uno de los migrantes que aún continúan desaparecidos. © AI







“Venezuela no está bien”


“Se fue en busca de algo mejor, porque vivir así te parte el corazón”.

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