La Atención Primaria viene sufriendo desatención y falta de recursos desde hace décadas, pese a atender las necesidades médicas de la ciudadanía y ser el polo vertebrador del sistema nacional de salud pública. La pandemia no ha dado tregua y, durante casi dos años, ha saturado aún más los centros de salud y nuestro sistema sanitario.
En el Día Mundial contra el Cáncer hablamos sobre la falta de medios y las repercusiones en los pacientes oncológicos con Meritxell Sánchez-Amat, médica de familia y presidenta del Foro Catálán de Atención Primaria.
¿Cómo han afectado estos casi tres años de pandemia al paciente oncológico?
En los primeros momentos de la pandemia se tuvieron que adaptar los servicios sanitarios para atender a los pacientes con complicaciones COVID, disminuyendo e incluso cancelando otros servicios sanitarios no esenciales. Algunos problemas de salud, como el cáncer, se vieron significativamente afectados y los pacientes oncológicos se erigieron como uno de los colectivos que mayor preocupación generaban. Las medidas para controlar la pandemia dieron lugar a retrasos en la atención y seguimiento de pacientes. Hay estudios que señalan que, además de haber una menor prevención, se frenó la detección temprana, no solo por el colapso sanitario ya mencionado, sino también por la decisión de muchas personas de no ir a su centro de salud, tanto por miedo a contagiarse como por miedo a “molestar”. Salvo en los casos de síntomas evidentes o de mucho malestar, demasiada gente pospuso las visitas a su médico o médica de cabecera, dando lugar a diagnósticos más tardíos de algunos cánceres y también de otras patologías.
Es necesario defender nuestro sistema de salud pública para tener una sanidad de calidad. © AI
A estas alturas, ¿se han revertido los retrasos?
La vacunación contra la COVID-19 permitió que el sistema sanitario volviera a funcionar con la mayor normalidad posible. Los ritmos se fueron recuperando y, con mucho esfuerzo, se logró revertir la situación. Los programas de prevención y cribado se fueron reanudando y, en los diagnósticos, se recuperaron los niveles previos a la pandemia. Podemos decir que, a día de hoy, los centros médicos han tomado medidas y aplicado nuevas tecnologías y prácticas para brindar una atención a los pacientes de manera segura y eficiente. Pero los desafío están ahí y no hay que bajar la guardia.
¿Cómo ha afectado y afecta la atención telemática a los pacientes oncológicos? ¿Y al resto?
La atención telemática existía antes de la pandemia y tendrá que seguir existiendo después. Las medidas para controlar el virus nos impidieron evaluar signos y síntomas de sospecha de cáncer y otras patologías por reducirse la atención presencial, pero fue solo durante los primeros meses. Desde entonces, la atención telemática ha ido descendiendo y la presencial ha vuelto a ser mayoritaria. El teléfono, el correo electrónico… se vuelven a utilizar en los casos en que son útiles, como el envío de resultados y consultas breves que se pueden resolver de una manera rápida y efectiva por esta vía, y siempre con el acuerdo de los pacientes.
¿Qué temas de gestión agilizarían vuestro trabajo y os ayudarían?
Hay mucha tarea burocrática que podría sacarse fuera y nos quitaría trabajo no clínico, es decir, nos permitiría tener tiempo para atender a los pacientes, que es lo que da valor a nuestro trabajo. Te hablo, por ejemplo, de informes que nos piden constantemente, del tema de las bajas cortas.... También nos ayudaría que la comunicación con otros niveles asistenciales fuera más ágil, es decir, que pudiéramos tener información de lo que pasa y poder comunicarnos con ellos. En Cataluña ya podemos consultar la historia de otros niveles asistenciales en muchos pacientes, pero no en todas partes ocurre y, cuando el médico/a o enfermera no la tienen a mano, es un tiempo que pierden y que empeora su calidad de atención.
¿Valora el sistema el trabajo de la atención primaria? ¿Qué debe mejorarse?
Los hechos nos dicen que el sistema no da a la atención primaria la importancia que tiene. Si se quisiera apostar por su calidad, las personas que trabajan en este nivel asistencial deberían poder desempeñar su trabajo clínico por encima del burocrático, contando con recursos para hacerlo y con capacidad de decisión dentro del sistema.
También ayudaría mucho que el personal administrativo tuviera más herramientas, más formación y una mayor remuneración acorde a las competencias que desempeñan. Este reconocimiento económico y de formación redundaría en que muchas de las cosas que llegan a las consultas de enfermería y medicina, dejaran de hacerlo. Una buena gestión de las tareas administrativas es fundamental para mejorar el trabajo de médicas y enfermeras en las consultas, pero falta voluntad.
Se debe fortalecer la Atención Primaria y la reforma del Sistema Nacional de Salud. © Pexels Mart Production
¿Y si hablamos de recursos humanos?
Se ha contratado a personal administrativo y a auxiliares de enfermería, pero no siempre se ha hecho con contratos a largo plazo ni en el volumen deseado. Tampoco se ha mejorado la oferta de trabajo para que sea más atractiva y para que médicas y enfermeras quieran hacer carrera en este sector. Se necesitaría un plan de recuperación de talento para evitar que el personal se vaya a trabajar a hospitales, urgencias, mutuas o al extranjero… donde a menudo tienen mejores contratos y salarios.
¿Cómo os encontráis mentalmente y cómo veis el futuro?
El efecto del estrés y el cansancio lleva haciendo mella en el personal sanitario desde que estalló la pandemia. Hay hartazgo, agotamiento y tensión. Es cierto que estamos cansadas y un tanto molestas porque parece que solo se habla de la atención primaria cuando no funciona. Da la sensación de que nuestro trabajo está muy invisibilizado y siempre queda relegado a un segundo plano. La fuerza la sacamos de las personas que atendemos y de los equipos, pero es necesario que el sistema nos considere importantes y nos dé poder para influir en una mejor atención de los pacientes.
Somos realistas y sabemos que nos suelen dejar a la cola, pero no dejaremos de pedir que nos pongan en valor. Sabemos que aportamos mucha salud a la población y debemos estar muy orgullosas del trabajo que hacemos.