En junio de 2018, tras años haciendo campaña, las mujeres en Arabia Saudí lograron una victoria: se levantaba la controvertida prohibición de conducir. Pero muchas de las que lucharon por esa victoria no sabían el precio que tendrían que pagar por ello.
Loujain al-Hathloul, Iman al-Nafjan, Aziza al-Yousef, Samar Badawi y Nassima al-Sada, entre otras, fueron detenidas algunas semanas antes, el 15 de mayo de 2018 y, desde marzo de 2019, están siendo juzgadas por su trabajo relacionado con la defensa de los derechos humanos.
Todas ellas fueron detenidas arbitrariamente y encarceladas en régimen de incomunicación, sin acceso a sus familias o representación legal. Más tarde se informó que sufrieron abusos sexuales, tortura y otras formas de malos tratos durante los interrogatorios. Cuando finalmente tuvieron acceso a sus familias, éstas denunciaron cómo sus seres queridos habían sido objeto de descargas eléctricas, flagelación y abuso sexual.
Samar Badawi, mujer del abogado y defensor, Waleed Abu al-Khair, con su hija, Joud Waleed Abu al-Khair/ Private
Sus relatos son escalofriantes: a una activista, uno de los interrogadores le mintió y le dijo que unos familiares suyos habían muerto. ¡Le hicieron creer esa mentira durante un mes entero! Dos de ellas tuvieron que besarse mutuamente mientras los interrogadores miraban... Otra activista denunció que le habían llenado la boca de agua cuando gritaba mientras la torturaban...
Iman al Nafjan y Aziza al Yousef fueron puestas en libertad en marzo. Pudieron regresar a sus hogares con sus seres queridos. Atrás quedaban 10 meses de tormento por la detención arbitraria y la tortura. Otras, como Loujain, Nassima o Samar, no han tenido la misma suerte; siguen encarceladas y se enfrentan a hasta 20 años de prisión.
El pasado 13 de marzo comenzó el juicio. ¿El delito del que se las acusa? Ponerse en contacto con organizaciones internacionales, medios de comunicación extranjeros y activistas. Algunas de ellas también han sido acusadas de promover los derechos de las mujeres y pedir el fin del sistema de tutela masculina. Un sistema que les prohíbe viajar, tener trabajos remunerados, cursar estudios superiores ni casarse sin el permiso de un tutor varón. Además, las mujeres saudíes casadas con extranjeros no pueden transmitir la nacionalidad a sus hijos, a diferencia de los varones saudíes en una situación similar.
Prisión de Al Hair
Es posible que ninguna de ellas se imaginara que a día de hoy podrían conducir libremente, pero lo que seguro no pasaba por su cabeza es que no podrían hacerlo, no por la prohibición en sí, sino porque serían encarceladas por lograr esa victoria. Una amarga victoria.
Todas ellas renunciaron a su propia libertad por defender la igualdad, todas ellas son valientes que se atrevieron a desafiar un sistema bajo el que mujeres y niñas en Arabia Saudí sufren discriminación sistemática en la legislación y en la práctica.
Por eso, debemos actuar ahora y apoyarlas. Todas ellas deben ser puestas en libertad de forma inmediata y sin condiciones.