¿Podemos utilizar el poder colectivo para sacar a la luz los abusos contra los derechos humanos que se cometen en el mundo? Para averiguarlo, analizamos la respuesta digital al terremoto de Nepal
El 25 de abril de 2014, un terremoto de 7,8 grados de magnitud sacudió Nepal. Más de 9.000 personas murieron a causa de los temblores y las réplicas que se produjeron. En un país conocido por el mal estado de sus carreteras y por no tener mapas, la asistencia material y logística supuso un verdadero reto. Sin embargo, en 48 horas, una red mundial de voluntarios y voluntarias en línea, coordinados por organizaciones locales como Kathmandu Living Labs, intervino para llenar las grandes lagunas en el mapa del país. Su acción permitió que la asistencia llegara más rápidamente y ayudó a las operaciones de salvamento en tierra. Estas personas son el nuevo “personal humanitario digital”, que ha surgido gracias a la creciente conectividad y a la adopción cada vez mayor de las nuevas tecnologías en todo el mundo.Cartografiar Nepal en tiempo real
©Mapbox ©OpenStreetMaps
Al mes siguiente del terremoto, más de 5.055 cartógrafos de todo el mundo realizaron más de 111.683 aportaciones a un mapa de código abierto de Nepal. Por primera vez, la comunidad humanitaria pudo utilizar un mapa detallado de Nepal que incluía los pueblos de las zonas rurales. Lo que más llama la atención es que para aproximadamente el 70 % de estos voluntarios la cartografía y la respuesta digital humanitaria era algo totalmente nuevo. Lo único que necesitaron fue una buena conexión a Internet y el deseo de apoyar las actividades de salvamento. Dedicaron tiempo a etiquetar y geolocalizar carreteras y edificios mediante imágenes por satélite, con lo que crearon un mapa del país que no sólo fue útil para el salvamento inmediato, sino que ahora también está disponible para otros fines, como la agricultura, el agua, la salud y el saneamiento. Todas las contribuciones individuales de estos nuevos cartógrafos suman juntas el 65 % de las nuevas carreteras y edificios que se han añadido al mapa de Nepal.La sabiduría de la multitud y el futuro de los derechos humanos
Imagina que pudiéramos utilizar esta sabiduría de la multitud para sacar a la luz y responder a los abusos contra los derechos humanos. Imagina que cualquier persona con conexión a Internet y ganas de cambiar las cosas pudiera contribuir en tiempo real a hacer un mapa sobre la actual crisis de refugiados en el que se incluyera de dónde vienen, a dónde se dirigen y dónde encuentran los mayores obstáculos. O que pudiera tipificar y verificar los miles de horas de material videográfico disponibles en YouTube para documentar la guerra en Siria o incluso alertar a quienes toman decisiones a nivel internacional sobre posibles amenazas, por ejemplo mediante el control de la incitación al odio en las redes sociales. Los ejemplos que nos llegan de la respuesta humanitaria, la biología y la ciencia muestran que muchas personas tienen un deseo sincero de contribuir a un “bien mayor” y que la tecnología facilita, tanto a nivel local como mundial, unirlos en un esfuerzo común.Una alternativa al clictivismo
Esto es precisamente lo que Amnistía Internacional pretende hacer en el próximo año. Queremos inspirar a esta nueva generación de activistas expertos y expertas en tecnología para que se conviertan en observadores de la situación de los derechos humanos y ayuden a documentar las violaciones de tales derechos mediante la tecnología. En el primer programa piloto, se invita a la gente a que nos ayude a analizar imágenes de satélite de, por ejemplo, movimientos de refugiados en zonas de guerra o derribos ilegales de viviendas. La tecnología disponible aplicada a las microtareas permitirá contribuir a cualquier persona. Activistas de todo el mundo dedicarán el tiempo del que dispongan a explorar pequeños paquetes de imágenes de satélite en busca de un elemento de interés, como un tanque, un vertido de petróleo o un edificio destruido, que pueda servir como prueba de un abuso contra los derechos humanos. Posteriormente, nos centraremos en los desafíos relacionados con los datos, como verificar el material videográfico o analizar grandes cantidades de datos de las redes sociales.Este trabajo va a suponer grandes desafíos. Necesitamos dar pasos firmes para asegurar que aquellas personas que escogen participar en el trabajo de Amnistía no resulten perjudicadas. Actualmente estamos trabajando para entender y abordar asuntos prácticos y éticos; por ejemplo, cómo proteger a activistas de la conmoción que puede provocarles ver crímenes violentos en vídeo o cómo proteger los datos personales. Así, estamos trabajando con expertos como The Engine Room, Responsible Data Forum y Aspiration Tech. Tenemos previsto adoptar un enfoque abierto en cuanto a la documentación e ir compartiendo aprendizaje a medida que avanzamos. Sabemos que no será fácil, pero también que podemos aprender mucho de otros sectores, igual que aprendimos con la respuesta al terremoto de Nepal. Además, al incorporar esas nuevas herramientas y tácticas al ámbito de los derechos humanos daremos voz a nuestros simpatizantes y activistas en todo el mundo.“Invitamos a todo el mundo a ayudarnos a analizar imágenes de satélite como las de movimientos de personas refugiadas en zonas de guerra.”Milena Marin, Amnistía Internacional