Los violentos enfrentamientos registrados en Kosovo en el mes de marzo ponen de manifiesto que las fuerzas tanto nacionales como internacionales no protegen a las minorías étnicas. Han transcurrido cinco años desde que la comunidad internacional tomó el control de Kosovo, y sin embargo las minorías son más vulnerables que nunca, ha afirmado Amnistía Internacional hoy, 8 de julio de 2004. El informe que acaba de publicar la organización, titulado Kosovo/Kosova (Serbia and Montenegro) The March Violence: UNMIK and KFOR fail to protect the rights of minority communities, se centra en los violentos enfrentamientos de los días 17 y 18 de marzo: 33 sucesos violentos registrados en todo Kosovo en los que, según informes, participaron unas 51.000 personas. Los hechos consistieron fundamentalmente en ataques de individuos de etnia albanesa contra serbios de Kosovo y miembros de otros grupos minoritarios. Murieron 19 personas y más de 950 resultaron heridas, y se destruyeron propiedades en gran escala. Más de 4.000 personas se vieron obligadas a huir de su hogar. “El elevado número de muertos y heridos demuestra la falta de una respuesta coherente y sistemática a los problemas de orden público por parte de la comunidad internacional”, ha señalado Amnistía Internacional. “La fuerza militar internacional dirigida por la OTAN (KFOR) y la Policía Civil de la ONU (CIVPOL) no han proporcionado estabilidad ni seguridad pública a las comunidades minoritarias. Sus unidades actuaron sin coordinación aparente y con distintas interpretaciones de sus mandatos.” “Una estructura de mando civil para la KFOR contribuiría a garantizar que existe un mayor rendimiento de cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas por miembros de su personal”, ha manifestado Amnistía Internacional. En el informe se documentan de forma pormenorizada diversos sucesos, entre ellos los ataques perpetrados contra propiedades de grupos minoritarios que no impidieron las tropas de la KFOR bajo mando alemán y francés. También se detallan las denuncias sobre la complicidad y pasividad de algunos miembros del Servicio de Policía de Kosovo en el ataque incendiario contra la comunidad ashkali de Vucitrn/Vushtrri, que obligó a sus miembros a huir de sus casas. “Más de un millar de personas de la comunidad serbia y la ashkali siguen sin hogar y viven en condiciones de pobreza como consecuencia del último estallido de violencia en Kosovo. Sin garantías de que la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK) y la KFOR los proteja frente a nuevos ataques, se niegan a que los devuelvan a su casa”, ha afirmado Amnistía Internacional. La organización de derechos humanos considera que todavía no se han resuelto los problemas que subyacen tras las tensiones entre los distintos grupos étnicos. “Ni la UNMIK ni las autoridades de Serbia y Montenegro han resuelto hasta la fecha el destino de las personas “desaparecidas” antes, durante y después del conflicto de 1999. Los responsables de la violencia entre grupos étnicos siguen disfrutando de impunidad.” “Continúa la incertidumbre sobre el ‘status permanente' de Kosovo, y eso ha contribuido al aumento de las tensiones entre los grupos étnicos durante el año pasado”, ha señalado la organización. Amnistía Internacional solicita:
• a la UNMIK que lleve ante los tribunales a todos los presuntos autores de asesinatos, incendios y actos de incitación a la violencia; • a la OTAN y la KFOR que lleven a cabo investigaciones exhaustivas e imparciales sobre el papel representado por las tropas francesas y alemanas de la KFOR y el Servicio de Policía de Kosovo y los actos cometidos; • a las autoridades locales provisionales que emprendan investigaciones y tomen medidas disciplinarias contra los miembros de la autoridad municipal que, o bien fueron cómplices, o bien no actuaron para impedir la violencia; • a los Estados miembros de la Unión Europea que ofrezcan protección como terceros países de asilo a los miembros de la comunidad ashkali de Vucitrn y se abstengan de devolver a Kosovo a miembros de cualquier grupo minoritario.
Información general Desde que el Consejo de Seguridad de la ONU emitió su Resolución 1244/1999 el 10 de junio de 1999, Kosovo sigue siendo oficialmente parte integrante de Serbia y Montenegro pero está gobernado por la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK), y la Fuerza Internacional de Seguridad en Kosovo (KFOR), dirigida por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), es la única fuerza militar oficial. El 17 de marzo estallaron violentas manifestaciones sobre el puente que divide la localidad de Mitrovica/Mitrovice entre el norte, predominantemente serbio, y el sur, de mayoría albanesa, a raíz de los informes surgidos la víspera de que tres niños de etnia albanesa se habían ahogado en el cercano río Ibar, y que, según otro niño que había sobrevivido, habían saltado al río huyendo de un ataque de serbios. Nunca se encontraron indicios que sustanciaran esta aseveración. Las comunidades serbias estaban asimismo indignadas por las graves lesiones causadas a un serbio de 18 años a quien, según informes, unos albaneses dispararon desde un vehículo, y que ya había dado lugar a la instalación de varios controles a lo largo de la carretera principal. La violencia en Mitrovica, donde siete personas resultaron muertas y hubo varios centenares de heridos, se extendió rápidamente a todo Kosovo, incluida la capital, Pristina, y prácticamente a todas las localidades importantes. Los albaneses atacaron también a los miembros de la comunidad ashkali residentes en Vucitrn/Vushtrri y los obligaron a desplazarse de sus hogares. Por otra parte, los albaneses tuvieron que huir de las zonas de mayoría serbia del norte de Mitrovica/Mitrovice y Leposavic/Leposaviq. Inicialmente los políticos albaneses de Kosovo, con muy pocas excepciones, no condenaron la violencia y en cambio muchos la justificaron tácitamente o culparon a la UNMIK y a las instituciones y a las acciones serbias.
