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Los joyeros mantienen a los consumidores en la ignorancia

  • Encuesta a minoristas de diamantes hecha por Amnistía Internacional y Global Witness
Londres.- Los resultados de una encuesta que se publican hoy revelan que casi dos años después de que la industria del diamante se comprometiera a aplicar un sistema de autorregulación para evitar el comercio de diamantes procedentes de regiones en conflicto, los minoristas de Estados Unidos y el Reino Unido siguen sin cumplir este compromiso. La encuesta, hecha a destacadas empresas y joyerías dedicadas al comercio del diamante de Estados Unidos y Reino Unido halló que menos de una de cada cinco empresas que respondieron por escrito ofrecieron información significativa acerca de su política, y menos de la mitad de los joyeros minoristas de diamantes cuyos establecimientos se visitaron podían ofrecer a los consumidores garantías sólidas de que los diamantes no son “diamantes de zonas en conflicto”. Los resultados, que forman parte de un estudio más amplio que está en marcha, muestran que la industria del diamante no ha aplicado adecuadamente el sistema de autorregulación que presentó en enero de 2003. El compromiso contraído entonces exigía que se emitieran certificados y se aplicara un código de conducta para apoyar el Sistema de Certificación del Proceso de Kimberley, que evitaba el comercio de “diamantes de zonas en conflicto”. "El hecho de que continúe sin haber una vigilancia sistemática en toda la industria del diamante indica que ésta no está tomándose la cuestión suficientemente en serio”, ha afirmado Alessandra Masci, de Amnistía Internacional. “El comercio de ‘diamantes de zonas en conflicto’ ha sido un factor básico en algunas de las más prolongadas y sangrientas guerras de África. Los diamantes han exacerbado los conflictos de Angola, la República Democrática del Congo, Liberia y Sierra Leona, destruyendo naciones y cobrándose millones de vidas" . Amnistía Internacional y Global Witness enviaron cartas a 85 importantes joyeros minoristas de diamantes y los activistas de Amnistía Internacional visitaron 579 joyerías de Estados Unidos y Reino Unido. Los principales resultados, que se presentaron en el Congreso Mundial de Diamantes que se celebra esta semana en Nueva York, son: - A pesar de que la industria se comprometió a dar formación a sus trabajadores sobre la normativa de las empresas dedicadas al comercio de diamantes, en sólo el 42% de las joyerías el personal conocía la política de su empresa. - De 85 empresas a las que se enviaron cartas solicitando información por escrita sobre sus normativa, 48 (el 56%) no respondieron, entre ellas importantes joyeros, como Asprey, Theo Fennell y Debenhams del Reino Unido y Costco Whole Sale Corporation, T.J.Maxx y Kmart de Estados Unidos. -32 de las 37 empresas que respondieron (el 86%) están aplicando el sistema de certificados y han implantado normas para evitar el comercio de “diamantes de zonas en conflicto”. Sin embargo, 30 de las empresas que contestaron (el 81%) no proporcionó detalles adecuados sobre la forma en que se estaba aplicando y controlando el sistema de certificados. -El Consejo Mundial del Diamante, órgano de la industria del diamante responsable de la coordinación de los esfuerzos para tratar la  cuestión de los “diamantes de zonas en conflicto” aún está muy lejos de llevar a cabo una adecuada supervisión de la implantación mundial de la autorregulación. Los resultados que se publican hoy forman parte de un estudio más amplio que está en marcha, para el cual se ha contactado con más de 800 minoristas y proveedores de Alemania, Australia, Bélgica, Francia, Italia, Países Bajos y Suiza, pero hasta ahora sólo 52 han respondido informando de su normativa.      “Como rostro público de la industria del diamante, los joyeros minoristas deben hacer más para demostrar su compromiso de cumplir con la autorregulación y promover activamente dicho cumplimiento por parte de sus proveedores”, ha afirmado Corinna Gilfillan, de Global Witness.  " El Consejo Mundial del Diamante y otros importantes órganos de la industria deben elaborar una norma común para verificar el cumplimiento, y esperamos que las organizaciones dedicadas al comercio de diamantes sigan la reciente iniciativa de la asociación Jewelers of America de supervisar a sus miembros”. Global Witness y Amnistía Internacional piden a los gobiernos participantes en el Proceso de Kimberley que se aseguren de que la industria del diamante aplica plenamente el código de conducta. El Proceso de Kimberley debe exigir que los gobiernos que participan en él lleven a cabo rigurosas auditorías e inspecciones de las empresas para garantizar la eficacia de la autorregulación, asegurar que los diamantes no financian conflictos ni abusos contra los derechos humanos e informar de la situación en la reunión del Proceso de Kimberley de 2005.

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