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Los grupos armados deben dejar de dirigir sus ataques contra civiles y convoyes de ayuda humanitaria

Amnistía Internacional ha hecho un llamamiento hoy, 2 de noviembre, a todos los grupos armados para que se comprometan públicamente a respetar el principio fundamental del derecho internacional humanitario que prohíbe los ataques directos contra civiles y convoyes de ayuda humanitaria. En el estado de Darfur Meridional, 18 pasajeros de un autobús —todos ellos pertenecientes a grupos nómadas— que hacía el recorrido entre Niyertiti y Thur fueron secuestrados por soldados del Ejército de Liberación de Sudán, uno de los grupos armados de Darfur que se enfrentan a las fuerzas gubernamentales de Sudán en el conflicto desatado hace 20 meses. Amnistía Internacional ha expresado su profunda inquietud por el paradero de estas personas. Se afirma que a 13 de ellas las han matado. “Los informes del Programa Mundial de Alimentos, según los cuales las fuerzas gubernamentales han rodeado los campos de desplazados y obstaculizado el paso de las agencias humanitarias como medidas de represalia por estos secuestros, ponen de manifiesto la peligrosa inestabilidad de la situación”, ha señalado Erwin van der Borght, director adjunto del Programa Regional para África de Amnistía Internacional. A la organización de derechos humanos le preocupa asimismo el número creciente de atentados y secuestros cometidos por los grupos armados de oposición contra trabajadores humanitarios y convoyes de ayuda humanitaria. “Los ataques dirigidos de manera consciente e intencionada contra el personal que realiza labores de ayuda humanitaria en un conflicto armado pueden constituir crímenes de guerra —afirma Erwin van der Borght—. La inseguridad imperante en Darfur dificulta el acceso a distritos enteros, por lo que allí no llegan alimentos, medicamentos y otros productos no alimentarios. Esto agrava sobremanera el sufrimiento de una población que ya vive una situación de indefensión.” Tras los ataques se tiende a declarar el distrito o la carretera afectada zona intransitable por el personal de organizaciones humanitarias internacionales durante varios días. En ese tiempo no se puede llevar la ayuda a los varios miles de personas desplazadas por los ataques de las milicias respaldadas por el gobierno y las fuerzas de seguridad sudanesas. Según informes, el 23 de octubre fuerzas del Ejército de Liberación de Sudán secuestraron siete camiones de transporte de mercancías al este de Al Fasher; la carretera entre Al Fasher y Um Kedada, en Darfur Septentrional, se cerró inmediatamente después y no ha vuelto a ser transitable hasta hace muy poco. Debido a la intensidad de los combates en la zona, sigue estando prohibido transitar por la carretera entre Al Fasher y Kutum. Dos trabajadores de la organización no gubernamental Save The Children murieron el 10 de octubre de 2004 como consecuencia de la explosión de una mina terrestre en la zona de Um Baro, en Darfur Septentrional. Desde entonces la carretera permanece cerrada, lo que ha causado graves trastornos a los convoyes de ayuda humanitaria. Según las Naciones Unidas (ONU), el Ejército de Liberación de Sudán secuestró el 14 de octubre dos vehículos pertenecientes a una organización internacional de ayuda humanitaria en Darfur Meridional y los devolvió cuatro días después. En los dos últimos meses, varios camiones de transporte de mercancías del Programa Mundial de Alimentos han sufrido ataques en Darfur Meridional. Ocho sudaneses secuestrados en agosto por el Ejército de Liberación de Sudán —entre ellos cuatro periodistas de televisión que trabajaban para una emisora local en Nyala— no fueron liberados hasta el 29 de octubre. En ocasiones los grupos armados justifican sus ataques con el argumento de que sospechan que los trabajadores sudaneses que acompañan a los convoyes de ayuda humanitaria son espías del gobierno. Parece ser que el personal sudanés recibe un trato pésimo por parte de los grupos armados en comparación con el personal internacional. “El origen de la tragedia de Darfur está en el hecho de que se han ignorado las normas inequívocas del derecho humanitario según las cuales nunca deben dirigirse los ataques contra la población civil. Darfur sigue siendo una zona sumamente inestable, donde tanto civiles como trabajadores humanitarios viven en medio de una gran inseguridad”, concluía Erwin van der Borght. Información complementaria Las reglas mínimas aplicables a todas las partes enfrentadas en un conflicto, incluido todo “conflicto armado sin carácter internacional”, se exponen en el artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra y en el artículo 13 del Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional (Protocolo II), que codifica el derecho consuetudinario al establecer que “[n]o serán objeto de ataque la población civil como tal, ni las personas civiles”. La condición de civil se pierde únicamente cuando se toma parte activa en las hostilidades, y no simplemente por prestar apoyo o estar afiliado a determinado grupo. En Darfur y Kordofan han proliferado últimamente los grupos armados a lo largo de la frontera con Chad, con la creación de Al Shahama, grupo armado al parecer próximo al Congreso Popular —partido de oposición de Hasan al Turabi, ex ideólogo del gobierno—, y del Movimiento Nacional por la Reforma y el Desarrollo, con base en Tiné. Según el general Festus Okwonkwo, jefe de la misión de vigilancia de la Unión Africana, el MNRD dijo que no reconocía el acuerdo de alto el fuego del 8 de abril ni garantizaba la seguridad de los observadores militares de la Unión Africana.

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