Bahréin debe poner en libertad a un destacado defensor de los derechos humanos cuya condena por participar en protestas contra el gobierno ha sido ratificada por un tribunal de apelación; así lo ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
El tribunal redujo de tres a dos años la pena de prisión impuesta a Nabeel Rajab, presidente del Centro de Derechos Humanos de Bahréin, por convocar y participar en “concentraciones ilegales”.
Sus abogados van a presentar un recurso ante un tribunal superior contra el fallo condenatorio, relacionado con las protestas registradas en Bahréin entre febrero y marzo de 2012.
“El gesto del tribunal de apelación de reducir en un año la pena impuesta a Nabeel Rajab es completamente inútil, ya que en primer lugar no tendría que cumplir ningún plazo de prisión” ha asegurado Philip Luther, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“Nabeel no ha hecho nada malo, simplemente ha expresado sus opiniones de manera pacífica. Tanto si son dos años de cárcel como si son tres, la condena es un insulto y una injusticia que sólo es posible corregir con su liberación.”
El tribunal confirmó la sentencia condenatoria del activista al día siguiente de que el rey de Bahréin hablara efusivamente del respeto del reino por los derechos humanos.
Según los informes recibidos, el rey sostuvo en un discurso que en Bahréin estaban garantizadas la libertad de expresión y la libertad de reunión pacífica de todas las personas.
A pesar de estas palabras, el gobierno bahreiní declaró prohibidas todas las protestas el 30 de octubre y en los últimos meses se ha detenido a decenas de personas por su participación en reuniones.
Defensores de los derechos humanos han sufrido reiterados episodios de acoso y algunos han sido encarcelados por desempeñar su labor o expresar sus opiniones.
Otra activista bahreiní, Zainab al Khawaja, fue detenida el domingo al entrar en un recinto médico para entrevistar a un manifestante herido; actualmente se encuentra bajo custodia en espera de investigación.
Por otra parte, ayer fue condenada a un mes de cárcel, también por participar en una “concentración ilegal”.
“El gobierno bahreiní no para de encarcelar a defensores de los derechos humanos por expresar pacíficamente sus opiniones mientras que alardea de respetar los derechos humanos” ha manifestado Philip Luther.
“Las autoridades deben poner sus acciones en consonancia con su discurso y liberar con carácter inmediato e incondicional a todos los presos de conciencia recluidos en cárceles bahreiníes.”
Nabeel Rajab fue condenado en julio a tres meses de cárcel por difamación tras publicar en Twitter un mensaje de crítica al primer ministro, Shaij Jalifa bin Salman al Jalifa.
Un mes después vino la condena de tres años relacionada con las protestas.
Varios gobiernos extranjeros han expresado asimismo su preocupación por la libertad de expresión y de reunión en Bahréin.
La ocasión más reciente ha sido la intervención del subsecretario de Estado de Estados Unidos, Michael Posner, en una reunión internacional celebrada en Manama: “El gobierno [de Bahréin] [...] debe retirar los cargos que pesan sobre todas las personas acusadas de delitos relacionados con la expresión política no violenta y la libertad de reunión. Muchas de estas condenas parecen estar basadas, al menos en parte, en las críticas emitidas por los acusados sobre acciones y políticas del gobierno”.