La vergonzosa retirada de Turquía del Convenio de Estambul, concretada hoy, supondrá una situación de mayor peligro para millones de mujeres y niñas, ha afirmado Amnistía Internacional. El anuncio por el presidente Erdoğan de la decisión de abandonar el emblemático tratado sobre prevención y lucha contra la violencia hacia las mujeres y contra la violencia intrafamiliar pasará a la historia como la primera vez que un Estado miembro del Consejo de Europa se retira de un convenio internacional de derechos humanos.
La iniciativa ha merecido la condena general en todo el mundo y ha desencadenado protestas en todo el territorio de un país donde la violencia de género en el ámbito familiar es generalizada y donde al menos 300 mujeres fueron asesinadas sólo el último año.
“Al llegar esta medianoche, Turquía ha dado la espalda al modelo de referencia para la seguridad de las mujeres y las niñas. La retirada transmite a quienes cometen abusos, mutilan y matan un mensaje temerario y peligroso: que pueden seguir haciéndolo con impunidad”, ha afirmado Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
“La retirada transmite a quienes cometen abusos, mutilan y matan un mensaje temerario y peligroso: que pueden seguir haciéndolo con impunidad”
“Turquía ha atrasado el reloj 10 años en lo relativo a los derechos de las mujeres y ha sentado un precedente aterrador. Esta deplorable decisión se ha convertido ya en un punto de encuentro para las y los activistas de los derechos de las mujeres en todo el mundo, y debemos unirnos para resistir a nuevos ataques contra nuestros derechos.”
La retirada que hoy se materializa tiene lugar tres meses después de que el presidente Erdoğan anunciase la decisión por decreto presidencial, y a pesar de la movilización masiva de mujeres y personas LGBTI en Turquía y en todo el mundo. La decisión ha sido condenada en términos categóricos por gobiernos, organismos internacionales y líderes y lideresas mundiales, como Joe Biden y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
En mayo de 2011, el Consejo de Europa abrió a la firma en Estambul este tratado, que ofrece un marco jurídico para proteger a las mujeres de la violencia y promover la igualdad de género mediante legislación, educación y sensibilización. Los cuatro principios fundamentales del Convenio —prevención, protección, enjuiciamiento penal y coordinación de políticas— constituyen una estructura integral para la lucha contra la violencia por motivos de género.
Merced a su ratificación y aplicación, el Convenio ha dado lugar a mejoras considerables en la manera en que los Estados tratan a quienes sufren violencia de género, entre las que se cuentan el establecimiento de líneas de atención telefónica en servicio las 24 horas para supervivientes de violencia de género intrafamiliar en Finlandia y la introducción de definiciones de la violación basadas en el consentimiento en Islandia, Suecia, Grecia, Croacia, Malta, Dinamarca y Eslovenia desde 2018.
El Convenio de Estambul es un instrumento de derechos humanos ampliamente aceptado para abordar los altísimos niveles de violencia contra las mujeres en Europa. En junio, Liechtenstein se convirtió en el país número 34 de los 47 del Consejo de Europa en ratificar el Convenio.
Pero el Convenio también se enfrenta a una alarmante ofensiva en muchas partes de Europa y se está convirtiendo para varios gobiernos en una herramienta para difundir desinformación y demonizar la igualdad de género y los derechos de las mujeres y de las personas LGBTI.
La retirada de Turquía del Convenio de Estambul es un hecho sumamente preocupante en el contexto de la actual erosión de los derechos en el país. El 26 de junio, la policía antidisturbios hizo uso de fuerza excesiva contra personas que participaban en la marcha del Orgullo de Estambul, cuya celebración anual de los derechos de las personas LGBTI fue prohibida por sexto año consecutivo. Cientos de personas que participaban en el Orgullo sufrieron los impactos del gas lacrimógeno y las balas de plástico. Al menos 47 personas fueron detenidas, entre ellas dos menores de edad y un periodista de AFP que fue sometido a tortura y otros malos tratos al ser inmovilizado en el suelo por agentes de policía. Un agente se arrodilló sobre su cuello limitando gravemente su capacidad de respirar.
“La retirada hoy de Turquía es la punta de un peligroso iceberg contra los derechos humanos. Pero también ha movilizado a activistas de todo el mundo para defender los derechos de las mujeres y de las personas LGBTI+”, ha afirmado Agnès Callamard.
“En los meses transcurridos desde la promulgación del decreto del presidente Erdoğan, las mujeres de Turquía y de otros países hablan del Convenio más que nunca, y salen a las calles para defender lo que representa. La lucha para hacer valer los derechos humanos de todas las personas afectadas por la lacra de la violencia de género continúa.”
Información complementaria
Turquía es el primer y único país del Consejo de Europa que se retira de un convenio internacional de derechos humanos. De los 47 países del Consejo de Europa, 34 han firmado y ratificado el Convenio de Estambul.
Azerbaiyán y Rusia son los únicos Estados miembros del Consejo de Europa que aún no han firmado este tratado. La semana pasada, Ucrania y Reino Unido anunciaron su firme compromiso de ratificarlo. México —que tiene el estatus de Estado observador en el Consejo de Europa— también ha expresado su intención de ser parte del Convenio.
El gobierno turco y quienes lo apoyan han dicho que el Convenio amenaza “valores familiares” y “normaliza la homosexualidad”, afirmaciones de las que se han hecho eco varios gobiernos, como los de Polonia y Hungría, para justificar sus intentos de hacer retroceder los derechos.