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La guerra contra los valores mundiales. Los ataques de grupos armados y gobiernos alimentan la desconfianza, el temor y la división

Londres.- Los gobiernos y los grupos armados han lanzado una guerra contra los valores mundiales, destruyendo los derechos humanos de los ciudadanos corrientes, ha declarado hoy Amnistía Internacional en la presentación de su evaluación anual de la situación de los derechos humanos en el mundo. En la presentación del Informe Anual 2004de Amnistía Internacional, la organización afirmó que la violencia de los grupos armados y el número cada vez mayor de violaciones que cometen los gobiernos se han unido para producir el ataque contra los derechos humanos y el derecho internacional humanitario más sostenido de los últimos 50 años, lo que está creando un mundo donde la desconfianza, el temor y la división son crecientes. "Atentados insensibles, crueles y criminales cometidos por grupos armados como Al Qaeda representan una amenaza muy real para la seguridad de las personas de todo el mundo. Los condenamos con la máxima energía como crímenes graves en virtud del derecho internacional y nacional, que en ocasiones equivalen a crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad", manifestó Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional. Amnistía Internacional ha condenado enérgicamente a los grupos armados responsables de atrocidades como los atentados con explosivos cometidos el 11 de marzo en Madrid y el ataque con bombas contra el edificio de las Naciones Unidas en Irak del 19 de agosto de 2003, en el que murió el alto comisionado de la ONU para los Derechos humanos, Sergio Vieira de Mello. La organización afirma que los ataques violentos contra civiles y contra instituciones establecidas para dar soluciones a los conflictos y a la inseguridad –como las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja– representan una nueva y significativa amenaza para la justicia internacional. "Pero también es aterrador que haya gobiernos poderosos que debilitan, marginan o destruyen los principios del derecho internacional y las herramientas de la acción multilateral que podrían protegernos de estos ataques", añadió Irene Khan. "Los gobiernos están perdiendo su rumbo moral, sacrificando los valores mundiales de los derechos humanos en una búsqueda ciega de seguridad. Esta ausencia de liderazgo es una concesión peligrosa a los grupos armados." "El programa mundial de seguridad que promueve el gobierno de Estados Unidos carece de visión y de principios. Violar los derechos en el propio país, cerrar los ojos ante los abusos que se cometen en el exterior y utilizar la fuerza militar preventiva donde y cuando se le antoja ha causado daños a la justicia y a la libertad, y ha convertido el mundo en un lugar más peligroso." En el informe se detallan homicidios ilegítimos de civiles cometidos por tropas de la coalición y grupos armados en Irak. Las denuncias de tortura y malos tratos ponen de relieve la vulnerabilidad de cientos de presos –no sólo en Irak sino también en la bahía de Guantánamo, en Cuba, en Afganistán y en otros países–, encarcelados por Estados Unidos y sus aliados sin cargos, juicio ni acceso a abogados o a la protección de los Convenios de Ginebra. "Al no proteger los derechos de quienes podrían ser culpables, los gobiernos ponen en peligro los derechos de los inocentes, y nos ponen a todos en peligro." La "guerra contra el terror" y la guerra de Irak han alentado una nueva oleada de abusos contra los derechos humanos y desviado la atención de los antiguos. Ocultos a los ojos del mundo, el Informe Anual 2004 documenta enconados conflictos internos en países como Chechenia, Colombia, la República Democrática del Congo, Sudán y Nepal, que se han convertido en caldo de cultivo para algunas de las peores atrocidades. La violencia en Israel y los Territorios Ocupados se ha intensificado, y en otros países, muchos gobiernos aplican abiertamente programas represivos. "Mientras los gobiernos están obsesionados con la amenaza de las armas de destrucción masiva de Irak, han permitido que sigan sin abordarse las auténticas armas de destrucción masiva: la injusticia y la impunidad, la pobreza, la discriminación y el racismo, el comercio incontrolado de armas pequeñas, la violencia contra las mujeres y los abusos de menores", declaró Irene Khan. "El mundo pide a gritos un liderazgo de principios y basado en los valores mundiales de los derechos humanos." Al mismo tiempo que destaca los abusos y la impunidad, la hipocresía y el doble rasero de los gobiernos, Amnistía Internacional pone de relieve el emergente poder de la sociedad civil para cambiar la balanza a favor de los derechos humanos. Hay signos inequívocos de un movimiento por la justicia mundial: los millones de ciudadanos que tomaron las calles en todo el mundo en solidaridad con el pueblo iraquí, los españoles que se manifestaron en nombre de la humanidad tras los atentados de Madrid, o los ciudadanos del mundo que se reunieron en el Foro Social Mundial en Brasil. "Los gobiernos deben escuchar. En épocas de incertidumbre, el mundo no sólo debe luchar contra las amenazas mundiales, sino también por la justicia mundial", afirmó Irene Khan. En el ámbito mundial, y pese a la cruzada iniciada por Estados Unidos para menoscabar la justicia internacional y garantizar la inmunidad para sus ciudadanos en todo el planeta, la Corte Penal Internacional ha nombrado ya a su fiscal y ha empezado a trabajar en serio. Poco a poco, los tribunales de Estados Unidos y el Reino Unido han comenzado a examinar el poder del ejecutivo para restringir los derechos humanos. "Los derechos humanos importan porque ofrecen una visión poderosa y convincente de un mundo mejor y más justo, así como un plan concreto para llegar hasta él. Estos valores mundiales de justicia son el camino más eficaz hacia la seguridad y la paz", concluyó Irene Khan.

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