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Entre la paz y la ley marcial

Londres.- En un momento en que el Parlamento sudanés lleva camino de aprobar la petición del presidente Omar Hassan al-Bashir de renovar por otro año el estado de excepción vigente en el país desde 1999, Amnistía Internacional advierte de que la ampliación del estado de excepción, que abarca todo el país, daría luz verde a la comisión de nuevas violaciones de derechos humanos. "La legislación de excepción ha permitido a las autoridades sudanesas detener a personas por tiempo indefinido sin cargos ni juicio, reprimir manifestaciones pacíficas y perpetrar violaciones de derechos humanos bajo el pretexto de la lucha contra los insurgentes. La ampliación del estado de excepción indicaría que el gobierno sudanés no está preparado para el acuerdo de paz que ha prometido firmar a final de año", ha declarado Kolawole Olaniyan, director del Programa Regional para África. El 18 de noviembre, el gobierno sudanés se comprometió ante el Consejo de Seguridad de la ONU en Nairobi a firmar un acuerdo de paz con el Movimiento de Liberación Popular de Sudán el 31 de diciembre de 2004. El protocolo para compartir el poder obliga al gobierno sudanés a respetar los derechos humanos fundamentales, incluidos el derecho a la libertad personal (poniendo fin a las detenciones arbitrarias) y a la libertad de expresión y reunión. Si bien los gobiernos pueden recurrir a la declaración del estado de excepción, especialmente en casos de conflicto armado interno –como el que tiene lugar en Darfur, en el oeste de Sudán-, sólo pueden hacerlo de un modo que no contravenga sus obligaciones en materia de derechos humanos. La Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, de la que Sudán es un Estado Parte, no permite la derogación de los derechos que recoge, ni siquiera bajo el estado de excepción. "Los mediadores en Naivasha y Abuja deben obligar ahora al gobierno sudanés a respetar los compromisos que ha contraído en materia de derechos humanos. La renovación del estado de excepción supondrá un nuevo golpe para el pueblo sudanés, que ansía una paz justa", ha declarado Kolawole Olaniyan.

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