• Los 6.000 millones de dólares que el gobierno de Sudáfrica ha invertido en los últimos cuatro años para comprar fragatas, submarinos, aviones y helicópteros de combate a cuatro países europeos, podrían haber sufragado el tratamiento y la terapia anti-sida de los 5 millones de sudafricanos enfermos de sida durante dos años. La partida actual del gobierno sudafricano para combatir el sida asciende a menos de 54 millones de dólares anuales, menos del 1% del coste de la partida de estos transportes de defensa. Cada año mueren 250.000 personas como consecuencia del sida en Sudáfrica. • El gobierno de India ha cerrado este mismo año un acuerdo con Rusia para la compra del portaaviones Gorshkov por valor de 1.500 millones de dólares. En un país con 300 millones de personas con ingresos inferiores a un dólar diario, el coste del portaaviones podría haber servido para distribuir subsidios básicos a más de un millón de familias durante un año. • A menudo el comercio de armas facilita también que los recursos naturales de un país, en lugar de ser utilizados para el desarrollo social, sean explotados únicamente en beneficio de unos pocos. Es el caso de Sudán, donde desde el descubrimiento de petróleo en su subsuelo y la construcción del oleoducto del Mar Rojo, el presupuesto militar se ha multiplicado por cuatro.¿Armas o Desarrollo?
• Sólo 4 países (Suecia, Holanda, Gran Bretaña y Bulgaria) han denegado en alguna ocasión una venta de armas por el impacto que pudiera tener sobre el desarrollo del país de destino. • 7 países (un 40%) señalan que no se les ocurriría denegar un exportación por factores de desarrollo, a pesar de que todos ellos han firmado acuerdos en sentido contrario. • El 90% de los países ricos exportadores de armas no tienen un sistema para medir el impacto de las ventas de armas sobre el desarrollo sostenible.