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Marcha del Orgullo LGBTI+ de Izmir, Turquía, el domingo 26 de junio de 2022. © Berkcan Zengin/GocherImagery/Universal Images Group vía Getty Images

Blog

Las protestas LGBTI en Turquía

Por Saúl Castro. Equipo de Diversidad de Amnistía Internacional,

Descuelga el teléfono y me contesta con vídeo y audio. Ahí está, Ygit, un chico cisgénero y gay, estudiante del Grado de Historia en la Universidad Técnica de Medio Oriente de Ankara, también conocida como METU (por sus siglas en inglés).

A sus 23 años, con su raya de ojos negra y sus uñas pintadas de negro, nos describe con mucha entereza la inseguridad que viven las personas LGTBI y la comunidad queer en Turquía. “Yo vengo de İzmir, una ciudad abierta donde he tenido la suerte de poder vivir libremente mi identidad”, empieza, y nos cuenta que, aunque casi toda su familia sabe que está fuera del armario, no se ha visto con valor suficiente para decirle a su padre que es homosexual.

Señala que la universidad es bastante liberal y progresista, y que ahí se siente cómodo para llevar maquillaje y mostrar su expresión de género sin miedo. Éste no es el caso de toda la ciudad de Ankara, donde diferentes grupos ultraconservadores, como señala Ygit, han iniciado una lucha “por la familia” y por los “valores tradicionales” que ha puesto en el punto de mira a la comunidad LGTBI, con la connivencia del Estado y de las autoridades públicas. Esto hace que la ciudad ya no sea segura. “En los bares, muchas veces la policía entra y obliga a identificarse a las personas queer o con una apariencia no heteronormativa”, explica este joven, que reconoce no maquillarse ni vestir como le gustaría según en qué zonas de Ankara se mueva, para evitar ser objeto de violencia y de persecución policial.

Marcha del Orgullo en Estambul.

El Orgullo de Estambul volvió a prohibirse en 2021, pero muchas personas se reunieron para ejercer su derecho a la libertad de expresión y reunión. Algunas sufrieron violencia policial. © Private

Aun así, en METU se ha gestado un ambiente de libertad y relativa seguridad que ha permitido a Ygit, y a otros muchos estudiantes como él, vivir con tranquilidad sin tener que esconderse. Esta situación se ha conseguido, en enorme medida, gracias a la asociación METU LGBTİQAA+ Solidarity, de la que nuestro interlocutor es parte junto con otra decena de estudiantes.

Esta asociación estudiantil, fundada en 1996 en la Facultad de Arquitectura, promueve la igualdad de género, lucha contra la LGBTIfobia y busca crear un espacio seguro en la universidad para las personas queer. Sorprendentemente, y dados sus casi treinta años de historia, la universidad nunca la ha reconocido como una asociación oficial. “Hemos intentado varias veces obtener reconocimiento oficial, pero o bien la administración nos ha rechazado nuestras solicitudes o, sencillamente, dicen que nunca lo hemos solicitado y que no han recibido ningún documento por nuestra parte”, manifiesta Ygit.

Además de denegarles el reconocimiento oficial (lo que ya lesiona su derecho a la libertad de asociación), las autoridades universitarias intentan boicotear cualquier tipo de actividad que organizan. “Nos desconectan la luz cuando organizamos proyecciones de cine LGTBI, nos encierran en el edificio cuando nos reunimos en aulas de la universidad… Pero nosotros no nos rendimos y nos quedamos haciendo nuestras actividades y conquistando estos espacios”, señala.

Su respuesta: aguantar estoicos.

Nos desconectan la luz cuando organizamos proyecciones de cine LGTBI, nos encierran en el edificio cuando nos reunimos en aulas de la universidad… Pero nosotros no nos rendimos y nos quedamos haciendo nuestras actividades y conquistando estos espacios

Ygit, estudiante del Grado de Historia en la Universidad Técnica de Medio Oriente de Ankara

Tal y como reconoce, las autoridades universitarias y la seguridad del campus no tienen facultades para detenerlos ni pedirles su tarjeta de identificación, por lo que no pueden hacerlo sin su consentimiento, limitándose a apercibirles y hacerles la vida asociativa más difícil. Sin embargo, “las marchas del Orgullo es otro tema distinto”. A pesar de que METU LGBTİQAA+ Solidarity ya llevaba años organizando marchas del Orgullo LGTBI dentro del campus, a partir de 2018 (coincidiendo con el cambio de rector de la universidad), la organización de estas protestas se convirtió en un campo de batalla. A raíz de la orden del gobernador de Ankara dictada el 18 de noviembre de 2017, todos los eventos LGTBI de la ciudad quedaron prohibidos por atentar contra “las sensibilidades sociales”, “la salud y la moralidad públicas” y “la protección de los derechos y libertades de los demás”.

A pesar de que, el 19 de abril de 2019, esta prohibición general fue declarada contraria a derecho y nula por el Tribunal Administrativo Regional de Ankara, el calvario de los estudiantes de METU no había hecho más que empezar. Para el 10 de mayo de ese mismo año, METU LGBTÍQAA+ Solidarity había convocado la 9ª Marcha del Orgullo en la universidad y, sin ninguna justificación, el rector de METU, Mustafa Verşan Kök, anunció su prohibición en un correo electrónico a estudiantes universitarios, profesores y exalumnos.

Pese a dicha prohibición, los estudiantes, organizados por los miembros de METU LGBTİQAA+ Solidarity, se reunieron en el campus en la fecha acordada para ejercer libremente su derecho a la protesta.

Sin embargo, el rectorado había solicitado a la policía que interviniera para frenar dicha manifestación, permitiéndoles la entrada en el campus (recinto que está vedado a la entrada policial sin autorización expresa del rector).

El 10 de mayo, la manifestación ni siquiera pudo iniciar el recorrido. Fueron detenidos 21 estudiantes y se incoaron tanto expedientes sancionadores en la universidad como un procedimiento penal por parte de la Fiscalía contra 18 de esos estudiantes y un profesor. Ygit reconoce con alivio que, por suerte, él y otro compañero fueron los únicos miembros de la asociación que no fueron detenidos.

Celebración de la Marcha del Orgullo pese a las prohibiciones

La diversidad de género es aún castigada en muchos países como Turquía. © Private

Sus compañeros fueron acusados formalmente de “participar en reuniones o manifestaciones ilegales” y “resistencia” en virtud del artículo 32.1 de la Ley 2911. Hubo seis audiencias públicas, con presencia de observadores internacionales y de representantes de terceros Estados, entre el 5 de agosto de 2019 y el 16 de julio de 2021, que fue cuando se dio traslado a los estudiantes encausados para preparar su defensa, prevista para el 8 de octubre de 2021. En dicha fecha, el tribunal eventualmente decidió absolver a los acusados.

Este hostigamiento no fue el único, tal como reconoce Ygit: “Los miembros de nuestra asociación fuimos objeto de campañas públicas de difamación, se nos señaló en periódicos afines al gobierno y la universidad retiró becas y préstamos a varios de mis compañeros con la justificación de que habían sido detenidos por participar en una manifestación ilegal”. Y concluye: “Quien hace de METU un lugar inseguro es el rector, que es completamente homófobo y lanzó deliberadamente a la policía contra nosotros”.

Nuestro entrevistado también se queda con lo positivo: “La mayoría de los estudiantes y del profesorado apoyan el trabajo de nuestra organización y han denunciado los abusos que se han venido cometiendo en el Orgullo desde 2019”, e indica que son asociaciones antiderechos de fuera de la universidad, así como las autoridades del gobierno las que se oponen y atacan a METU LGBTİQAA+ Solidarity. Ygit termina esta entrevista reflexionando sobre el significado del derecho a la protesta para él y para sus compañeros:

“A pesar de que la situación de las personas LGTBI en Turquía lleva empeorando exponencialmente en los últimos años, manifestarme con mis compañeros me hace sentir que no estoy solo en la lucha por nuestra libertad y nuestras identidades”.

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