Mohammad Faisal Abu Sakha, palestino de 23 años, trabaja en la Escuela Palestina de Circo de Birzeit, cerca de Ramala, formando en actividades circenses a niños y niñas con dificultades de aprendizaje. El 15 de diciembre fue detenido por soldados israelíes cuando, tras salir de casa de sus padres en Yenín, se dirigía a su trabajo. Un tribunal militar israelí verá el 21 de marzo el recurso de apelación contra su detención.
El ejército israelí le entregó a finales de diciembre una orden de
detención administrativa por seis meses, lo que permite mantenerlo detenido sin cargos indefinidamente. A las personas detenidas se les niega el derecho a defenderse o a impugnar de manera efectiva su detención, porque las autoridades retienen en gran medida las "pruebas" en su contra, de modo que ni ellas ni sus abogados puedan conocerlas.
Según el sitio web de noticias de Al Yazira, un portavoz militar israelí dijo que Mohammad Faisal Abu Sakha se hallaba recluido porque
representaba un "peligro [...] para la seguridad de la región" y que los detalles de su caso eran "confidenciales".
La madre de Mohammad Faisal Abu Sakha, que llevaba más de dos meses sin poder verlo, lo visitó el 29 de febrero en la prisión de Megido, en Israel, tras concederle por fin las autoridades militares israelíes permiso para viajar.
Tras la visita, su madre publicó
un mensaje en Facebook donde habla del trato humillante que reciben los padres de los palestinos bajo custodia cuando van a verlos, pero que lo soportan para poder hacer a sus hijos “una visita de 40 minutos, que se pasa en un abrir y cerrar de ojos”.
Mohammad Faisal Abu Sakha le dijo que diera las gracias a todas las personas que habían trabajado en su caso, pero explicó que son los niños (algunos de 12 o 13 años) y las personas con discapacidad recluidas en las prisiones israelíes quienes “merecen campañas [...] de solidaridad”. A pesar de su detención, continúa entreteniendo a sus compañeros de prisión con actuaciones circenses porque “así los días pasan rápido”.