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Irak: El gobierno debe poner freno a las milicias chiíes y garantizar la rendición de cuentas

Un miliciano chií hace guardia en Amirli, al norte de Bagdad, Irak
Un miliciano chií hace guardia en Amirli, al norte de Bagdad, Irak © AP Photo
¡Gracias!

Esta acción ha finalizado. Hemos sido 7.442 firmantes

Petición antes del cierre

Las milicias chiíes, apoyadas y armadas por el gobierno de Irak, han secuestrado y matado a decenas de civiles suníes y disfrutan de total impunidad por estos crímenes de guerra.

Esta acción ha finalizado (4 de diciembre de 2014)

Gracias a las más de 7.000 personas que se han sumado a la petición de Amnistía Internacional para que el gobierno de Irak ponga freno a las milicias chiíes que han secuestrado y matado a decenas de civiles suníes, y lleve a los responsables ante la justicia. Amnistía Internacional continúa documentando las graves violaciones y abusos de derechos humanos que se están cometiendo en Irak, y trabaja para que las víctimas de todos esos crímenes y sus familiares tengan derecho efectivo a  verdad, justicia y reparación.

Petición antes del cierre

Supliqué a mis amigos y familiares que me prestasen el dinero del rescate para salvar a mi hijo, pero después de pagar le mataron. Ahora no tengo forma de devolver el dinero porque mi hijo era el único que trabajaba en la familia.” Madre de víctima. Desde que el pasado junio las fuerzas armadas iraquíes perdieron el control de gran parte del norte del país frente al avance del autodenomiando Estado Islámico, una ola de ataques sectarios está sacudiendo Irak. Las milicias chiíes, muchas de ellas armadas y apoyadas por el gobierno, están secuestrando y matando a civiles suníes, incluso después de que las familias pagasen cuantiosos rescates. Las víctimas son secuestradas en sus casas, lugares de trabajo y puestos de control. Muchas han sido encontradas muertas con un disparo en la cabeza y las manos atadas. Otras muchas están desaparecidas desde hace meses. Las familias están demasiado asustadas para buscar a los desaparecidos de forma abierta. Muchos de estos actos parecen ser una represalia por los ataques del Estado Islámico. Las fuerzas gubernamentales han sido incapaces o no han querido asegurar la protección de la población civil, permitiendo a las milicias operar con libertad y perpetrar crímenes con total impunidad. Algunas de las milicias han sido armadas de forma directa por el gobierno o con el consentimiento de éste. Al dar su bendición a milicias que perpetran este tipo de atroces abusos, el gobierno iraquí está autorizando los crímenes de guerra y fomentando un peligroso círculo de violencia sectaria que está destrozando el país. Exige al primer ministro Haider al Abadi que actúe para frenarlas y establecer el estado de derecho.