Éxodo masivo por el pánico, ante la limpieza étnica por parte del Estado Islámico
Esta acción ha finalizado (22 de octubre de 2014)
Damos las gracias a las más de 49.000 personas que se han sumado a la petición de Amnistía Internacional para que todas las partes en conflicto garanticen protección a los civiles en Irak, sea cual sea su etnia o religión, y para que se lleve a cabo una acción concertada para atender a las personas desplazadas. Amnistía Internacional continúa dando seguimiento a la situación en Irak y documentando las graves violaciones y abusos de derechos humanos que se están cometiendo (
ver más información). Muy pronto tendremos en nuestra página web una nueva ciberacción sobre Irak.
Petición antes del cierre
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Uno de los hombres armados me la quitó y se fue con ella en sus brazos. Ella estaba llorando. No había nada que pudiera hacer. Rezo a Dios para que la liberen pronto y la dejen volver conmigo. No puedo dormir; sólo puedo pensar en mi niña." Madre de una niña de tres años secuestrada por un soldado del Estado Islámico en Qaraqosh El avance de los miembros del autodenominado
Estado Islámico(EI) y los enfrentamientos armados en el noroeste de
Irak están provocando un
éxodo masivo de la población. Se calcula que más de 830.000 hombres, mujeres, niños y niñas se han visto obligados a abandonar sus hogares desde el 10 de junio. Un nuevo informe publicado por Amnistía Internacional documenta la campaña sistemática de
limpieza étnica que está llevando a cabo el EI en el norte de Irak, con el objetivo de expulsar a las poblaciones no árabes y musulmanas no suníes de las zonas bajo su control. La situación es cada vez más desesperada y la población huye presa del pánico ante la feroz brutalidad del grupo armado, que
les transmite un mensaje inequívoco: convertirse al Islam, abandonar la zona o morir. Amnistía Internacional ha documentado y recibido informes de crímenes de guerra, incluidas ejecuciones sumarias y secuestros masivos, contra minorías étnicas y religiosas. Desde que el EI entró en Mosul, el 18 de julio, provocando un éxodo másivo de familias cristianas,
no han parado los ataques mortales a la población civil. Ante la llegada del grupo armado, el 2 de agosto, miles de civiles, en su mayoría yazidíes, huyeron de la zona de Sinjar, buscando refugio sobre todo en la región del Kurdistán iraquí y en Siria, después de haber estado atrapados durante días sin apenas acceso a comida y agua. Entre los ataques con más víctimas mortales están los perpetrados en Quiniyeh, el 3 de agosto, y Kocho, el 15 de agosto, donde varios centenares de hombres y niños fueron cargados en camionetas, llevados a las afueras y ejecutados en grupo o fusilados individualmente. Además, cientos, quizás miles, de mujeres, niños y niñas, junto con decenas de hombres yazidíes han sido secuestrados en la zona de Sinjar. Amnistía Internacional ha recibido denuncias según las cuales muchas de las mujeres y niñas que han sido secuestradas por el EI han sufrido violaciones o abusos sexuales, han sido obligadas a casarse con combatientes, o vendidas como esclavas sexuales. La población musulmana suní también ha empezado a huir de las zonas bajo el control del EI por
temor a los ataques aéreos del ejército iraquí y de Estados Unidos, que en agosto inició una acción militar en Irak contra el EI. Las cientos de miles de personas desplazadas, abandonadas a su suerte en condiciones terribles, no pueden regresar a sus hogares y deben recibir urgentemente ayuda humanitaria. La ayuda ha llegado a algunas personas que la necesitan aunque con muchas dificultades. Por ejemplo, las personas atrapadas en las montañas de Sinjar con las que habló Amnistía Internacional dijeron que les había llegado poco o nada de ayuda y que las botellas de agua lanzadas desde el aire, a menudo se habían roto con el impacto. Mientras tanto, el número de personas desplazadas aumenta cada día.
Pide protección para todos los civiles en Irak, sea cual sea su etnia o religión, y que se lleve a cabo una acción concertada para atender a las personas desplazadas.