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El aceite de palma encubre violaciones de derechos humanos
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Amnistía Internacional seguirá trabajando porque Colgate-Palmolive, Kellogg’s, Nestlé, Reckitt Benckiser, Procter & Gamble y Unilever asuman su responsabilidad, se aseguren que el aceite de palma que utilizan esté libre de abusos de derechos humanos y exijan a Wilmar poner fin al abuso de los derechos de las personas que trabajan en sus plantaciones.
Gracias a las personas que han firmado esta petición.
Petición antes del cierre
Colgate-Palmolive, Kellogg’s, Nestlé, Reckitt Benckiser, Procter & Gamble y Unilever venden productos de alimentación y cosméticos que contienen aceite de palma y derivados. Ingredientes que proceden del trabajo infantil, del trabajo forzado y de las violaciones de derechos humanos que se producen en las plantaciones de palma que el gigante Wilmar y sus proveedores poseen en Indonesia, el mayor productor mundial de aceite de palma.
Estas empresas aseguran que no toleran abusos laborales en sus cadenas de suministro de aceite de palma. Y Colgate, Nestlé y Unilever aseguran a sus consumidores que sus productos utilizan “aceite de palma sostenible”. Wilmar, a su vez, afirma que el trabajo infantil no existe en sus plantaciones
Sin embargo, las plantaciones de palma de Wilmar encubren violaciones de derechos humanos.
“No voy a la escuela. Llevo el saco con la fruta, pero sólo puedo llevar la mitad. Me duelen las manos y mi cuerpo”. “La compañía está contenta si traemos a nuestros hijos porque ellos pueden recoger la fruta caída”Hijo y padre trabajadores en plantaciones de aceite de palma en Indonesia
En ellas trabajan niños de 8 a 15 años que son obligados a cargar con sacos de palma de entre 12 y 25 kilos. Las medidas de seguridad en las que trabajan las personas brillan por su ausencia y han hecho que muchos y muchas trabajadoras tengan graves lesiones por usar productos químicos extremadamente tóxicos. “Le dije al jefe que cuando utilizo el pesticida me siento mal. Desde el año pasado me mareo y vomito. El médico de la empresa me dijo que era falta de ejercicio y el jefe que siguiera trabajando. Cada vez estoy peor, me duele el estómago y me cuesta comer”.
A su vez, las mujeres no tienen seguro médico ni pensiones y ganan, en algunos casos, menos de tres dólares al día. “Cuando trabajamos por una o dos horas, ¿deberían pagarnos? No sabemos nada, sólo somos trabajadoras” pregunta una trabajadora a la investigadora de Amnistía Internacional.
Colgate-Palmolive, Kellogg’s, Nestlé, Reckitt Benckiser, Procter & Gamble y Unilever cierran los ojos ante las violaciones que se producen en las plantaciones de Wilmar y se benefician de las mismas.
Es hora de que asuman su responsabilidad, se aseguren que el aceite de palma que utilizan esté libre de abusos de derechos humanos y exijan a Wilmar poner fin al abuso de los derechos de las personas que trabajan en sus plantaciones.
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