Petición antes del cierre
El 3 de marzo ha quedado para siempre marcado como un día aciago para el activismo social en Honduras. Berta Cáceres, líder indígena lenca y cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) moría acribillada a tiros en su casa de La Esperanza.
Durante años, había hecho campaña contra la construcción de la represa de Agua Zarca en la comunidad de Río Blanco. Pero a pesar de las constantes amenazas y hostigamiento, la investigación de su muerte ha minimizado cualquier vínculo entre el crimen y su trabajo como defensora de derechos humanos.Las autoridades han llamado a declarar en reiteradas ocasiones a miembros de COPINH y al activista mexicano Gustavo Castro, que fue testigo del crimen, y a quien han impedido abandonar el país durante semanas pese al temor por su seguridad. Finalmente, el 31 de marzo una jueza revocó la decisión judicial que le impedía salir de Honduras.“No nos queda otro camino más que luchar”Berta Cáceres, 2015