Los once miembros de la Asociación Saudí de Derechos Civiles y Políticos (ACPRA) están en prisión o siendo juzgados, silenciados por disentir pacíficamente.
Esta acción ha finalizado (16 de diciembre de 2014)
Damos las gracias a las más de 8.000 personas que se han sumado a la petición de Amnistía Internacional para que los activistas de la Asociación Saudí de Derechos Civiles y Políticos que están detenidos sean puestos en libertad de forma inmediata e incondicional, y para que termine la persecución de todos sus miembros. Amnistía Internacional sigue trabajando por el derecho a disentir de forma pacífica en Arabia Saudí, y de forma general por el respeto de los derechos humanos en el país.
Petición antes del cierre
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Están entre las pocas personas en el Reino que han osado hablar sobre derechos humanos y reformas. Su valentía es asombrosa en una sociedad así y han pagado el precio más alto por su lucha pacífica." Abdulaziz al-Hussan, abogado de algunos de los miembros de ACPRA. Tras su fundación el 12 de octubre de 2009, la
Asociación Saudí de Derechos Civiles y Políticos se convirtió muy pronto en la principal voz crítica del gobierno, haciendo campaña pacífica a favor de los
derechos humanos, con especial atención a los
presos políticos. Esta es la razón por la que uno por uno, todos los miembros de ACPRA han sido hostigados, detenidos, interrogados y llevados a juicio por cargos absurdos no definidos claramente en la ley, Su caso ejemplifica la represión implacable lanzada por las autoridades saudíes de cualquier forma libre expresión y asociación. Después de juicios manifiestamente injustos, seis de los 11 miembros de ACPRA han sido condenados a penas de hasta 15 años de cárcel y la prohibición de viajar durante mucho tiempo. Los demás están siendo juzgados, a la espera de una sentencia o detenidos sin cargos ni juicio. Los que ya están en prisión continúan siendo objeto de hostigamiento y maltrato y dos de ellos han sido torturados bajo custodia.
Saleh al Ashwan estuvo dos meses recluido en régimen de incomunicación y fue interrogado en ausencia de un abogado. Además, según informes, lo torturaron y golpearon, lo desnudaron y lo colgaron por las extremidades del techo de una sala de interrogatorio.
Sheikh Suliaman al Rashudi, que entonces tenía 76 años, estuvo dos meses detenido en régimen de incomunicación y de aislamiento antes de ser autorizado a tener contacto de alguna clase con su familia. Varios se han declarado en huelga de hambre para protestar por el trato que reciben y las penosas condiciones de reclusión.
Mohammed al Bajadi fue alimentado a la fuerza por vía intravenosa tras declararse varias veces en huelga de hambre. Las autoridades saudíes ordenaron el cierre de ACPRA en marzo de 2013. Pero este caso aún es un crudo recordatorio de la lucha contra la represión y representa una inspiración vital para los demás activistas, hombres y mujeres, que siguen alzando la voz por la justicia y las libertades en Arabia Saudí.
Exige al rey de Arabia Saudí la puesta en libertad inmediata e incondicional de los miembros de ACPRA detenidos y que ponga fin a la persecución de los activistas de derechos humanos. ¡Actúa!