En el 60 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la privación de libertad casi permanente sufrida por Aung San Suu Kyi, la más conocida presa de conciencia de Myanmar, demuestra que la promesa de un mundo en que todas las personas disfrutan de todos los derechos humanos sigue siendo traicionada.
Esta acción ha finalizado. La petición para que el gobierno de Myanmar reconozca los derechos humanos y ponga en libertad con la máxima urgencia a Aung San Suu Kyi y a los demás presos de conciencia se promovió con motivo del 60º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos. La acción pedía también que los gobiernos, entidades públicas y privadas respeten los derechos humanos y se comprometan en la defensa de su universalidad, indivisibilidad e interdependencia, promulgadas en la Declaración.
A esta ciberacción, que ha logrado el apoyo de 33.000 personas, se unieron acciones encaminadas a lograr el apoyo a la vigencia de la Declaración Universal de Derechos Humanos por parte de entidades, organizaciones y administraciones públicas en todo el territorio español. Se obtuvieron declaraciones públicas por parte del Congreso de los Diputados, 12 Parlamentos autonómicos (Andalucía, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Cataluña, Castilla y León, Galicia, Madrid, Navarra, País Vasco y Valencia), un Gobierno autonómico (Castilla-La Mancha) y 300 ONG y entidades sociales y ciudadanas.
¡Felicidades y gracias por vuestro apoyo!
Petición original:
Seis décadas después de la adopción de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, está por cumplir el respeto de unos derechos humanos universales e indivisibles, que permitan hacer efectivo el derecho a un nivel de vida digno y el ideal del ser humano libre. Sólo en 2007 1.252 personas fueron ejecutadas en 24 países, se documentó tortura y malos tratos en 81 países, en 45 países hay presos y presas de conciencia, 854 millones de personas sufren la tortura del hambre y 1.100 millones no tienen acceso a una vivienda digna.
La Premio Nobel de la Paz,
Aung San Suu Kyi, la más conocida de los cerca de 2.100 presos políticos de Myanmar, cofundadora del principal partido de oposición, la Liga Nacional para la Democracia, ha pasado 13 de los últimos 19 años detenida, y desde 2003 está bajo arresto domiciliario.
Su continuada ausencia es un recordatorio de la represión existente en Myanmar y de que la promesa de un mundo en que todas las personas disfrutan de todos los derechos humanos sigue siendo traicionada.
En el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, exige la inmediata e incondicional puesta en libertad de Aung San Suu Kyi y pide a la comunidad internacional que asuman su compromiso con los derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Para que casos como el de Aung San Suu Kyi no sigan sucediendo.