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La bomba de Kandahar y el ataque de la OTAN evidencian el peligro creciente para la población civil

Calle de Kandahar, Afganistán © Amnistía Internacional
Londres.- En medio de la incertidumbre que rodea los resultados de las elecciones presidenciales en Afganistán, la población civil corre mayor peligro que nunca desde la caída del régimen talibán, advertía Amnistía Internacional tras los sucesivos atentados contra civiles perpetrados por grupos antigubernamentales en Kandahar y el ataque perpetrado hoy por un helicóptero de la OTAN contra un hospital.

El mayor número de víctimas civiles en Afganistán desde la caída del régimen talibán en 2002 se ha registrado en torno al periodo electoral. Uno de los peores incidentes tuvo lugar el jueves en Kandahar, cuando estalló un camión bomba en una parte de la ciudad muy frecuentada por los grupos de ayuda humanitaria y causó la muerte de más de 40 civiles.

“Al no estar claros los resultados de las elecciones en Afganistán, millones de afganos continúan rodeados de amenazas e inseguridad; de hecho ahora corren más peligro que nunca –afirmó Sam Zarifi, director del Programa Regional de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía–. Al dirigir sus ataques contra la población afgana que desea decidir su futuro a través de las urnas y no de las armas, los grupos antigubernamentales, incluidos los talibán, han mostrado un desprecio absoluto por la seguridad de los civiles.”

“El gobierno afgano y los miembros de la comunidad internacional que lo apoyan han hecho grandes esfuerzos para intentar proteger a la población afgana de esta amenaza en el periodo lectoral; pero ahora deben demostrar que ellos también respetan el Estado de derecho y que investigarán sin demora toda violación de las leyes de la guerra y de los derechos humanos e impondrán las sanciones oportunas.”

Amnistía Internacional ha pedido a las fuerzas de la OTAN presentes en Afganistán que emprendan de inmediato una investigación sobre el ataque a un hospital en la provincia de Paktika. Aunque la OTAN ha afirmado que ningún civil resultó herido en el ataque, su propio relato de los hechos sugiere que las fuerzas afganas e internacionales atacaron a miembros de los talibán que buscaban asistencia médica en la clínica, lo que supondría una grave violación de las leyes internacionales de la guerra, que dan derecho a los combatientes heridos que requieren asistencia médica a recibir protección frente al fuego enemigo.

“Si los talibán utilizaron la clínica como refugio para abrir fuego desde allí, entonces cometieron una infracción grave –afirma Sam Zarifi–. Pero si la estaban utilizando para recibir asistencia médica, las fuerzas de la OTAN no tenían por qué disparar contra la clínica, aunque hubieran evacuado antes a todos los civiles.”

Amnistía Internacional ha pedido a la OTAN que emprenda sin demora una investigación transparente y verosímil sobre estos hechos a fin de establecer si se cometió alguna violación del derecho internacional humanitario y, de ser así, obligar a los responsables a rendir cuentas. Las fuerzas internacionales presentes en Afganistán han reiterado hace poco su compromiso para reducir al mínimo los daños a civiles, pero al no investigar con verosimilitud los incidentes y no castigar a los autores, han propiciado que cunda el resentimiento entre los afganos y que éste fuera uno de los temas principales de la campaña presidencial.

“El resultado final es que otro hospital ha dejado de funcionar en Afganistán, una tragedia para un país cuyos índices de acceso a asistencia médica son ya ínfimos –señala Sam Zarifi–. Cada vez que los talibán, la OTAN o ambos vulneran las leyes de la guerra, son los civiles afganos quienes pagan el precio.”

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