Se debe permitir que doce personas refugiadas y migrantes que llevan casi una semana varadas en el Mediterráneo central en un pesquero español desembarquen en Europa lo antes posible. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.
Seis días después de que fueran rescatadas del agua por el barco Nuestra Madre de Loreto, las 12 personas —dos de ellas menores de edad— permanecen a bordo en condiciones de hacinamiento y en aguas embravecidas.
“Estas personas arriesgaron la vida para huir de abusos contra los derechos humanos en Libia y deben ser desembarcadas sin demora en el lugar seguro más cercano en Malta o Italia”, ha manifestado Matteo de Bellis, investigador de Amnistía Internacional sobre asilo y migración.
“No deben ser devueltas en ninguna circunstancia a Libia, donde se enfrentarían a detención arbitraria y posiblemente a tortura y otros abusos. Cualquier instrucción al capitán del Nuestra Madre de Loreto para que transfiera a las personas supervivientes a Libia sería contraria al derecho internacional, ya que Libia no puede considerarse un país seguro para el desembarco.”
Según la información publicada en los medios de comunicación, las personas refugiadas y migrantes fueron rescatadas el 22 de noviembre en aguas internacionales, a unas 80 millas náuticas de Libia. Aún no se han aclarado los detalles exactos del suceso. No obstante, la información sugiere que muchas de estas personas saltaron al mar al ver que se acercaba una embarcación de la Guardia Costera Libia y fueron sacadas del agua por la tripulación del Nuestra Madre de Loreto.
Este es el más reciente de una serie de casos de barcos que han rescatado a gente en el Mediterráneo central sólo para encontrarse con que les bloqueaban el atraque en el puerto seguro más cercano.
“Los gobiernos europeos parecen estar transmitiendo la señal de que las personas en peligro en el mar deben ser abandonadas o enviadas de vuelta a Libia. Al cerrar puertos e impulsar la capacidad de la Guardia Costera Libia para interceptar a personas en el mar, estos gobiernos están incumpliendo flagrantemente las obligaciones que han contraído en virtud tanto del derecho marítimo como del derecho de los derechos humanos”, ha manifestado Matteo de Bellis.
“Estas políticas significan que los buques mercantes son disuadidos de llevar a cabo operaciones de rescate para salvar vidas, o son empujados a devolver a personas a Libia. Ya es hora de que los gobiernos europeos dejen de jugar con las vidas humanas y compartan la responsabilidad de recibir a quienes buscan seguridad.”
Información complementaria
Este mismo mes, Amnistía Internacional destacó la manera en que miles de personas migrantes y refugiadas en Libia siguen estando atrapadas en condiciones atroces en centros de detención libios, sin salida. En las últimas semanas, 97 personas fueron rescatadas y devueltas a Libia. En un acto de protesta, se negaron a desembarcar para evitar que las sometieran a detención ilegal y, probablemente, a tortura.
El documento de Amnistía Internacional, Between the devil and the deep blue sea: Europe fails refugees and migrants in the Central Mediterranean, destaca la manera en que la política europea ha dado lugar a una espiral de muertes entre las personas refugiadas y migrantes, y analiza cómo los países de la UE están conspirando para mantener a las personas refugiadas y migrantes en Libia, donde están expuestas a tortura y otros terribles abusos y violaciones de derechos humanos.
Las demoras innecesarias en señalar un lugar seguro para el desembarco han obligado a personas necesitadas de ayuda urgente —personas heridas, mujeres embarazadas, supervivientes de tortura, personas traumatizadas por naufragios y menores de edad no acompañados— a permanecer en el mar durante varios días.