La decisión de ordenar un nuevo juicio en el caso de una empresaria china en espera de ejecución pone de relieve la necesidad urgente de que las autoridades dejen de imponer condena de muerte por delitos no violentos como primer paso para la abolición de la pena capital, ha manifestado Amnistía Internacional, a la vez que ha acogido con satisfacción la noticia.
Wu Ying había sido declarada culpable de recaudación fraudulenta de fondos, y el caso suscitó un debate sin precedente en China y gran interés internacional. El nuevo juicio lo ha ordenado el Tribunal Supremo Popular de China.
“La suerte de Wu Ying ha suscitado un acalorado debate sobre la pena de muerte en China -ha manifestado Catherine Baber, directora del Programa de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía-. Las autoridades deben garantizar que el nuevo juicio cumple las normas internacionales sobre justicia procesal y no acaba en condena de muerte."
“Gran número de chinos cuestionan con razón un sistema judicial que permite imponer la pena más extrema por delitos no violentos. Instamos a las autoridades a que pongan fin a la imposición de la pena capital por delitos económicos, conforme al derecho internacional."
“Las autoridades deben también permitir el indulto en los casos de pena de muerte, como muchos juristas chinos han pedido que se haga en el caso de Wu Ying. China debe establecer de inmediato una suspensión de todas las ejecuciones como primer paso para la abolición.”