Todo empezó con dos biznietos que se colocaban en la puerta del cementerio civil de Manzanares (Ciudad Real) y repartían información y teléfonos de contacto. Una cita anual, el día de los santos, el único día que la valla se abría a las familias de los ejecutados.
Pilar García-Pozuelo Caviedes, que busca a su abuelo Manuel García Pozuelo Serrano, nos cuenta que hasta el tardofranquismo no se abrió esa valla para que los familiares pudieran visitar a sus muertos. Solo el 1 de noviembre. Estos chavales fueron poniendo en contacto a las familias y empezaron a movilizarlo todo.
Isabel Fontiveros Carrión y su hermana Alfonsa buscan a su abuelo Alfonso Fontiveros Muñoz, fusilado el 20 de junio de 1939 tras un juicio sumarísimo en el que se le condenó a muerte por ser presidente de la CNT en Manzanares. Ellas, que viven en Barcelona, en 2010 pidieron ayuda a la red de Memoria Democrática de la Generalitat, que les ayudó a buscar la documentación de su abuelo y les hizo pruebas de ADN. Para la exhumación se pusieron en contacto con la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).
Marco González Carrera, coordinador de la exhumación de Manzanares de la ARMH, explica “estamos aquí a petición de una agrupación de familiares, que desde el año 2015 vienen trabajando en la recuperación de memoria histórica de todas las víctimas que hubo en este municipio. En 2018, comenzamos todos los trámites para poder intervenir en estas fosas y recuperar el número máximo de víctimas con el fin último de identificarlas y de devolverlas a sus familias y que ellos decidan donde enterrarlos”.
Isabel y su hermana se integraron en el colectivo de Memoria Histórica de Manzanares y empezaron a buscar a más familias. Todos los 1 de noviembre volvían a su pueblo para buscarlas en el cementerio, y “después en toda España, a través de listas interminables de números de teléfono, primer apellido, segundo apellido, tercer apellido. Así 11 años va a hacer”. En la fosa de su abuelo había 20 cuerpos, y han conseguido localizar a unas 16 familias que pueden recuperar a sus familiares.
Isabel Fontiveros Carrión busca a su abuelo, fusilado el 20 de junio de 1939 tras un juicio sumarísimo en el que se le condenó a muerte por ser presidente de la CNT en Manzanares. © AI
En la fosa, al principio de la democracia, los familiares pusieron una lápida en la que figuraba la fecha de los fusilamientos, Junio Julio de 1939. Después, tras localizar a las familias, pudieron poner los nombres. Y ya entre el 17 de mayo y el 2 de junio de 2021, se exhuman dos fosas extramuros del cementerio de Manzanares. Se recuperan los restos de 34 personas represaliadas entre 1939 y 1940, todas vecinas de la comarca, de Manzanares, de Membrilla, de La Solana.
Marco González coordina un equipo integrado por personas especializadas en arqueología, antropología, genetistas. Todos ellos voluntarios y voluntarias. Muchos son familiares de personas desaparecidas durante la dictadura.
Sergio Castro, antropólogo voluntario de la ARMH, explica que todos los cuerpos encontrados en la fosa han sido arrojados en la misma posición, bocabajo y con signos de violencia. Además de objetos personales, han encontrado algún proyectil de Mauser (armas de fabricación alemana). Los restos pasan a un laboratorio de campo, donde se van reconstruyendo para ver posibles fracturas, sexo, edad. Después tendrán que esperar a que se contrasten las pruebas genéticas para confirmar la identidad.
Detalle de la exhumación de las fosas del cementerio de Manzanares en Ciudad Real. © AI
“Algo que nunca pensé que iba a llegar”
Isabel nos cuenta que cuando se empezó la exhumación les preguntaron si tenían algún objeto personal de sus familiares. Ella tenía el reloj de su abuelo. “Mi padre lo había tenido siempre, aunque hacía años que no funcionaba. Lo tenía guardado en una cajita desde que su padre falleció en 1992. No funcionaba, y aunque siempre lo quise arreglar, no llegué a hacerlo. Al llegar al cementerio, lo saqué, y estaba funcionando. No estaba en hora, pero andaba”.
Pilar García Pozuelo aún no se lo cree. “Sinceramente era algo que pensaba que no iba nunca a llegar. Creía que mi abuelo iba a estar ahí siempre. Mi padre murió en 1996 convencido de que su padre estaba ahí y de que no había posibilidad de exhumar su cuerpo. Y la familia nunca se lo planteó”.
Pilar habla del silencio de las familias, de la sorpresa de encontrarse a personas que conoce de toda la vida y de que no tenía idea de que también tuvieran aquí a un familiar. “Era el silencio absoluto. Cada uno lo vivió como pudo, sobrevivió, y cuanto menos se hablase mejor, y cuanto menos se supiese mejor. Como si no hubiera ocurrido nada. Era el silenciar al abuelo durante años y años. No conocer nada de él. Era el miedo, el querer olvidar, el no te metas en líos”.
Para Marco González y la ARMH, “el Estado a día de hoy todavía no asume la búsqueda de estas desapariciones, de estos fusilamientos, y mientras no lo haga, dentro de nuestras posibilidades intentaremos ayudar a todas las familias posibles”.
Exhumación de las dos fosas extramuros del cementerio de Manzanares, en Ciudad Real. © AI
El Parlamento ahora tiene la oportunidad de convertir la Ley de Memoria Democrática en una herramienta que garantice verdad, justicia y reparación para las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo. Y para ello, Amnistía Internacional pide, entre otros aspectos, que el Estado asuma de forma directa las tareas de exhumación e identificación de las víctimas de desaparición forzada, y la restitución de sus restos a las familias. Para ello debería establecerse una oficina de carácter estatal, accesible para todas las víctimas, que centralice la gestión de estos procesos de búsqueda, asegurando en todo caso la actuación de las autoridades judiciales.
“Y cuando surge la posibilidad de hacerlo, y lo vas analizando, dices, no, tienes que exhumar el cuerpo, lo que quede, en una caja, y ya decidiremos qué hacemos con los restos de nuestro abuelo”, cuenta Pilar. El colectivo de Memoria Histórica de Manzanares pretende recuperar los restos de las 255 personas que todavía permanecen en otras 14 fosas del cementerio de la localidad. “Porque es indigno, es indigno que estén así. Porque todas las fosas comunes de España tendrían que estar exhumadas”.
