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© LAWILINK/Amnesty International

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Cinco datos sobre el albinismo en Malawi

Por Amnistía Internacional,

El homicidio de personas con albinismo en Malawi ocupó titulares en todo el mundo a principios de 2016. He aquí cinco datos para que entiendas lo que hay detrás de ellos.

1. El albinismo es un trastorno de la piel hereditario.

El albinismo es un trastorno genético hereditario que impide que el cuerpo produzca suficiente color, o melanina, para proteger la piel del sol. Esta alteración afecta a una persona de entre 5.000 a 15.000 en África subsahariana, según la Organización Mundial de la Salud. La ONG canadiense Under the Same Sun explica que es una tasa superior a la de América del Norte y Europa, donde el albinismo afecta a una de cada 20.000 personas. Se calcula que en Malawi viven entre 7.000 y 10.000 personas con albinismo.
Sé por qué tengo la piel blanca: porque Dios me creó así. No me siento diferente, pero algunos de mis amigos me discriminan
Annie Alfred, 11 años.

2. Las personas con albinismo sufren graves discriminaciones y otros abusos contra sus derechos humanos.

Las personas con albinismo se enfrentan a menudo a actitudes discriminatorias muy arraigadas. Como consecuencia de ello, no tienen las mismas oportunidades de escolarización y atención médica que las demás. La superstición y las creencias erróneas alimentan este trato desigual. En Malawi hay quien cree que los huesos de las personas con albinismo son mágicos y que con ellos pueden hacerse ricos. Mucha gente está dispuesta a pagar enormes cantidades de dinero por partes del cuerpo de una persona con albinismo, lo que permite que prospere un espantoso comercio de huesos humanos. Este comercio está impulsado por la creciente demanda de partes del cuerpo en el sur y el este de África. La ONU señaló que entre 2000 y 2013 había recibido información sobre 200 casos de ataques rituales contra personas con albinismo en 15 países, todos ellos africanos.

A la hija de mi prima la llamaban fantasma, y creían que estaba trayendo mala suerte a la escuela. Abandonó los estudios por eso. Mi prima tenía miedo de ir a la escuela a quejarse. Tiene otros seis hijos con albinismo.

Declaraciones de una mujer a Amnistía Internacional

3. Las creencias nocivas sobre las personas con albinismo persisten en Malawi y están en el origen de la violencia que se ejerce contra ellas.

Muchas personas creen que el albinismo es contagioso, aunque no lo es; y piensan que los huesos de quienes sufren albinismo tienen oro, por lo que están dispuestas a matar o saquear tumbas para conseguirlos. Otras creen que el albinismo está causado por la infidelidad, o que es un castigo de los dioses. “Fantasma”, “oro” y “dinero” son algunos de los muchos insultos que se dirigen contra las personas que sufren este trastorno de la piel. “La gente me dice que me va a vender. Una persona me dijo que valgo seis millones de kwachas (10.000 dólares estadounidenses). Me duele que puedan ponerme precio”, declaraciones de un hombre con albinismo, febrero de 2016.

Harrison Mokoshoni (a la derecha) pone la mano sobre la tumba de su hermano gemelo. Harry, de nueve años, fue secuestrado en su casa en febrero de 2016. Días después apareció su cabeza en un pueblo cercano; un total de 10 hombres fueron detenidos y acusados de su asesinato. © LAWILINK/Amnesty International

La mayoría de quienes atacan [a personas con albinismo] son familiares cercanos
Declaraciones de una mujer a Amnistía Internacional, febrero de 2016

4. Entre quienes atacan a las personas con albinismo hay desde delincuentes hasta familiares.

Las personas que viven con albinismo en Malawi tienen muy pocos lugares seguros donde ir. Alentadas por los altos precios que se pagan por las partes del cuerpo, las bandas de delincuentes irán a la caza de personas con albinismo. Además, las familias actúan en connivencia con este tipo de ataques o incluso los incitan. En enero de 2016 se encontró el cadáver mutilado de Eunice Phiri, de 53 años, en el Parque Nacional de Kasung. La policía dijo que había sido engañada por su propio hermano y otros dos hombres. La llevaron de viaje al parque nacional, donde la asesinaron y la descuartizaron. “La mayoría de quienes atacan [a personas con albinismo] son familiares cercanos... Conocí a una madre en Chitipa que tenía escondidos a sus hijos por miedo. Por eso no iban al colegio”. Declaraciones de una mujer a Amnistía Internacional, febrero de 2016.

5. Los ataques relacionados con el albinismo han aumentado notablemente desde 2014.

Los ataques contra las personas con albinismo han aumentado repentinamente en los últimos años en Malawi. Miles de personas, especialmente niños y niñas, viven con miedo y se muestran reacias a la hora de ir a la escuela o a cualquier otro lugar porque podrían ser secuestradas y asesinadas. El 9 de marzo de 2017, Gilbert Daire sobrevivió a un ataque después de que cuatro hombres trataran de perforar la pared de su domicilio de Lilongwe mientras dormía. Los hombres huyeron del lugar tras la intervención de sus vecinos. Uno de los presuntos perpetradores fue detenido después de que varias personas de la comunidad lo entregasen a la policía, pero el tribunal lo absolvió posteriormente. En abril, Misheck Samson (dos años) estuvo a punto de ser secuestrado mientras dormía cerca de su madre en el pueblo de Cholwe, en Ntchisi. Tres hombres fueron detenidos por planear el secuestro del niño, y confesaron a la policía que querían secuestrarlo porque necesitaban dinero. El 17 de febrero, Emily Kuliunde (36 años) se salvó de un intento de secuestro en Dowa gracias a que la comunidad detuvo a sus presuntos secuestradores y los entregó a la policía. Estas personas siguen bajo custodia policial. Un caso diferente es el de Amos Jemus, del distrito de Ntcheu cercano a la frontera con Mozambique, a quien el 1 de febrero de 2017 su padre presuntamente amenazó con venderlo. El gobierno de Malawi debe proteger las vidas de las personas con albinismo. Puede empezar por asignar a la policía los recursos adecuados para que pueda hacer frente a estos delitos de forma eficaz.

Annie Alfred (en el centro) y su mejor amiga (a la izquierda de Annie) con sus compañeros. © LAWILINK/Amnesty International

Cuando veo a personas con la piel blanca, me duele por todo lo que está pasando últimamente. Quiero que la gente deje de matar a las personas con albinismo porque tenemos miedo, y nos da temor ir a la escuela o jugar con amigos.
Annie Alfred. de 11 años.

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