En el Paro Nacional de 2021 miles de personas salieron a las calles en Colombia para reclamar sus derechos. La Fuerza Pública usó la violencia sexual y otras formas de violencia de género contra 28 mujeres y personas LGBTI para infligir miedo y castigar a quienes exigen cambios en el país. Los agentes del Estado, especialmente de la Policía Nacional, emplearon lenguaje y expresiones sexistas, misóginas y abusivas, y también violencia sexual.
“Por zorra te voy a violar”. Estas fueron las palabras que dirigió el policía a Adriana* antes de violarla.
“Vándalas, hijueputas, malparidas, ¿por qué no se mueren?” Es lo que escucharon Diana* y Ana* antes de ser atacadas por agentes policiales.
*Nombres ficticios
¡El cuerpo de ninguna mujer debe ser usado para silenciar los reclamos de una ciudadanía que quiere un país mejor!
Firma para exigir al gobierno de Colombia que reforme la Policía Nacional para que nunca más se repitan las violaciones de derechos humanos en contra de quienes alzan la voz.
Ayúdanos a llegar a 10.000
Firma y enviaremos esta petición en tu nombre a las autoridades colombianas.
Enviaremos esta petición junto con tu nombre, apellidos y correo electrónico.
Dirigida al presidente de Colombia, Gustavo Petro, y al ministro de Defensa, Iván Velásquez.
Estimados Gustavo Petro e Iván Velásquez:
La sociedad civil colombiana ha documentado el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía Nacional en contra de quienes se manifiestan pacíficamente en el país. En este contexto 84 personas han pedido la vida, miles fueron detenidas arbitrariamente y más de 100 personas fueron víctimas de trauma ocular. Amnistía Internacional ha denunciado actos de tortura, violencia de género, incluida violencia sexual y el uso de armas letales y no letales en el contexto del Paro Nacional de 2021, entre otras violaciones de derechos humanos. Le solicitamos iniciar una reforma policial estructural y con participación de la sociedad civil colombiana.
Consideramos que para construir una policía respetuosa de los derechos humanos de todas las personas es necesario: desmilitarizarla; garantizar verdad, justicia y reparación a las víctimas de violencia policial; regular de manera suficiente y clara el uso de la fuerza por parte de las personas que integran la policía, siguiendo siempre los estándares internacionales aplicables; entre otras medidas. Cualquier reforma en este sentido debe estar transversalizada por enfoques diferenciales y de género, asegurando que las decisiones adoptadas reconozcan el impacto diferenciado que han tenido y tienen la violencia y las violaciones a derechos humanos cometidas por integrantes de la Policía contra las mujeres y contra poblaciones históricamente discriminadas y marginalizadas.
Atentamente,
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