Firma por el alto el fuego en Gaza e Israel
Colombia: ¡Da la cara por quienes protegen nuestro medioambiente!
Esta acción ha finalizado. Hemos sido 15.748 firmantes
Esta acción ha finalizado. Damos las gracias a las 15.748 personas que han sumado su firma para pedir a las autoridades de Colombia protección para Danelly Estupiñán y otras personas defensoras de la tierra y del medioambiente en Colombia.
Este país sigue siendo el país más peligroso para los defensores y las defensoras de derechos humanos, de modo que seguiremos trabajando para que las instituciones colombianas adopten medidas eficaces que garanticen su protección y para que los responsables rindan cuentas
Petición antes del cierre
Danelly Estupiñán creció entre manglares y música afrocolombiana...
Este inicio tan sugerente no debe dar lugar a equívocos.
La primera amenaza la recibió el 30 de noviembre de 2015 en su teléfono móvil. El mensaje de texto decía: “Danelly, ha llegado tu final”. Horas después, mientras hablaba por teléfono con una amiga, apareció en la línea una voz distorsionada que repitió: “Sabemos dónde estás”.
Desde entonces y sin tregua se han repetido las amenazas de muerte, los seguimientos, han asaltado su casa, se han descubierto planes para matarla y ha tenido que cambiar de hogar en repetidas ocasiones.>
“Soy incapaz de caminar a la tienda de mi barrio sola, porque siento que si lo hago me van a matar. Tampoco puedo ir al campo, ni salir a divertirme, pues esto es arriesgar la vida.”
Lideresa de la organización Proceso de Comunidades Negras, Danelly es una de las activistas más destacadas de Buenaventura, el puerto más grande del Pacífico colombiano donde confluyen los intereses económicos de empresas y grupos armados. En los últimos 20 años, la población afrocolombiana de la ciudad se ha enfrentado a una oleada de homicidios, tortura, violencia sexual y desapariciones forzadas.
En ese contexto Danelly decidió dedicar su vida a defender el territorio afro urbano de su comunidad y denunciar los efectos negativos de la ampliación portuaria.
Colombia es el país más mortal del mundo para quienes defienden los derechos humanos. En las provincias occidentales las mujeres negras cada vez corren más peligro. >
Hasta ahora, la respuesta de las autoridades ha sido claramente insuficiente. “No podemos seguir ahogándonos en un océano de impunidad”, dice Danelly y lanza estas preguntas incómodas: “¿A quién le molesta o a quién le puede perjudicar la labor que hacemos para defender nuestros territorios y los derechos humanos? ¿Quién se beneficia con nuestras muertes?”
Firma para exigir a la Fiscalía General de la Nación y al Congreso de Colombia que protejan a quienes defienden el medio ambiente.