© Mandy Godbehear/Gtres
El bullying o acoso escolar se define como una agresión física, verbal o relacional, intencionada y repetida en el tiempo, y en la que subyace un desequilibrio de poder real o aparente que impide a la víctima defenderse.“Estudios internacionales han documentado el efecto dañino del acoso escolar sobre la salud mental y el bienestar emocional.”
Koldo Casla, investigador de Amnistía Internacional
Existe legislación autonómica y estatal y hay protocolos de actuación en todas las comunidades autónomas. También existe un observatorio estatal sobre la convivencia escolar, aunque bien es cierto que hace cinco años que no se ven las caras.Sin embargo, tras cerca de cincuenta entrevistas (y antes todavía de reunirnos con madres, padres, chicas y chicos) podemos ya concluir que, a pesar de las promesas de los gobiernos y de la buena voluntad de muchísimos profesionales, las políticas públicas no están a la altura de los compromisos adquiridos en el ámbito de los derechos humanos. Para empezar hace falta mucha más transparencia sobre los incidentes de acoso escolar, y esta información debe estar desagregada en base a los factores de riesgo de discriminación, incluyendo género, orientación sexual y condición socioeconómica, entre otros. Las propias direcciones de los centros y las inspecciones educativas deben contribuir a desmontar el mito de que lo normal es que el acoso sea cero. Este mito hace que cada caso reportado sea infinitamente más grave que lo supuestamente normal. Sin embargo, como nos dijeron casi con idénticas palabras una profesora en Santiago y un profesor en Cáceres, "si alguien en cualquier centro os cuenta que el acoso no existe es bien porque no os está contando la verdad o porque prefiere no ver lo que sucede". Es necesario cambiar la perspectiva para que lo anormal y lo sospechoso sea que en un determinado centro al parecer no exista este fenómeno. Paradójicamente tenemos que normalizar el acoso antes de acabar con él.“Habrá quien alegue que acoso ha existido siempre. Para empezar ese no es un argumento para quedarnos con los brazos cruzados ahora. Desgraciadamente nuestro pasado está lleno de cosas vergonzantes.”
Koldo Casla, investigador de Amnistía Internacional
Ni los institutos son la isla del Señor de las Moscas ni la violencia y la exclusión se la inventan los niños. El acoso en la escuela no es sino el reflejo de la discriminación, la violencia y el prejuicio que carcome a la sociedad en general. Buena parte del acoso se produce por la existencia de determinadas expectativas de que el chico tiene que comportarse como un chico y la chica como una chica. Si algunas personas jóvenes practican y sufren acoso es también porque no vivimos en una sociedad profundamente libre y orgullosa de su diversidad. Estamos hablando de ocho millones de personas. Si fueran una comunidad autónoma, serían la segunda más grande del Estado. Construyamos una sociedad basada en los derechos humanos y empecemos por el día a día en los lugares más cercanos a casa, como nos recomendó Eleanor Roosevelt. Lo que hagamos hoy en las aulas condicionará lo que podamos hacer en el futuro dentro y fuera de ellas.“Ni los institutos son la isla del Señor de las Moscas ni la violencia y la exclusión se la inventan los niños”Koldo Casla, imvestigador de Amnistía Internacional
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