Sarah Mardini y Seán Biden corren el riesgo de ir a la cárcel en Grecia por intentar salvar vidas cuando colaboraban como voluntarios de salvamento para una organización en Lesbos.
Podrían ser condenados hasta a 25 años de prisión. Se les acusa de espionaje, tráfico de personas y pertenencia a una organización criminal. De hecho ya pasaron más de 100 días en la cárcel antes de quedar en libertad bajo fianza en diciembre de 2018.
Ayudar a quien se puede ahogar en el mar nunca debería ser considerado un delito. En vez de criminalizar a Sarah y Seán, el gobierno griego tendría que ocuparse de proteger los derechos de las personas refugiadas que llegan a sus costas después de un viaje lleno de peligros al que se vieron obligadas para huir de la guerra, la violencia o la persecución en sus países.
¡Exige a Grecia que retire todos los cargos contra Sarah y Seán!