Condenada a muerte en Irán por ayudar a mujeres, niñas y niños refugiados

Pakhshan Azizi, una mujer kurda de 40 años que dedicó su vida a ayudar a mujeres y menores refugiados, está a punto de ser ejecutada en Irán.
Su crimen fue llevar comida, agua y apoyo a quienes lo habían perdido todo. Dar refugio a familias que huían del Estado Islámico. Defender los derechos humanos.
Por ese trabajo, Irán la ha condenado a muerte tras un juicio en el que apenas le permitieron unas pocas llamadas con sus abogados y no pudo verlos hasta el mismo día del juicio.
Su vida en la cárcel ha sido un infierno: meses desaparecida, torturada, recibiendo amenazas constantes y aislada de su familia y sus abogados.
También condenada a muerte está otra activista kurda Verisheh Moradi y seis hombres que participaron en las manifestaciones en favor de los derechos de las mujeres en Irán: Mohammad, Mojahed (Abbas) Kourkouri, Manouchehr Mehman Navaz, Mehran Bahramian, Fazel Bahramian y Mamousta Khazrnejad.
Tu firma puede hacer que las autoridades iraníes sepan que el mundo está mirando, que no aceptamos esta barbaridad y que deben liberar a Pakhshan, Verisheh y todos los hombres y mujeres condenados a muerte. Firma.
Ayúdanos a llegar a 90.000
Firma y enviaremos esta petición en tu nombre A las autoridades iraníes.
Enviaremos esta petición junto con tu nombre, apellidos y país.
Como Presidente de la Magistratura iraní, le pido que:
• Anule inmediatamente las sentencias condenatorias y las penas de muerte de Pakhshan Azizi, Verisheh Moradi, Mohammad Reza Azizi, Fazel Bahramian, Mamousta Mohammad Khazrnejad, Manouchehr Mehman Navaz, Mehran Bahramian, Mojahed (Abbas) Kourkouri y concédales un nuevo juicio que sea justo y en el que no se recurra a la pena capital.
• Sean anuladas inmediatamente todas las sentencias de todas las personas condenadas a muerte por su participación en las protestas, que no se soliciten nuevas penas de muerte y que se garantice que toda persona acusada de cualquier delito común reconocible sea juzgada en procesos que cumplan las normas internacionales sobre juicios justos, sin recurrir a la pena de muerte.
• Se proporcione a las personas detenidas acceso a sus familias y a abogados de su elección, se las proteja de la tortura y otros malos tratos, y se investiguen todas las denuncias de tortura.
• Se ponga en libertad a todas las personas detenidas por ejercer pacíficamente sus derechos humanos.
• Se permita el acceso a observadores independientes pertenecientes a embajadas a los juicios de pena capital relacionados con las protestas.
Atentamente,