Ruth dio a luz a un niño en 1993, en una clínica de Bilbao. Estaba soltera, tenía 19 años, iba acompañada de su madre y de su pareja. Cuenta que fue recibida con la frase: “Cuando lo hiciste, seguro que no lloraste tanto”.
Tras el parto, un médico informó a su familia del fallecimiento de su hijo antes de que Ruth saliese del paritorio. Les dijo que el niño “parecía un monstruo”, que era mejor no verle, que era mejor olvidarlo. Cuando pidieron poder enterrarlo, el médico preguntó: “Para qué hostias quieren enterrar a esos niños”
Pero Ruth tuvo sospechas sobre la muerte desde el principio y buscó a su hijo. Consiguió que un juzgado ordenara una exhumación en el lugar donde supuestamente se habría enterrado a su hijo. Al abrir el ataúd: no había restos óseos.
El juez cerró la investigación reconociendo que había quedado probado que al bebé, naciese vivo o muerto, no lo enterraron donde consta oficialmente, y reconoció el dolor y la incertidumbre que les acompaña desde hace años.
“Esto es un duelo que no se pasa. Quiero que me digan la verdad, que se abra otra vez el caso y que se lleve a cabo una investigación exhaustiva, que se sepa quién se lo llevó y por qué.”
La historia de Ruth no es la única. Hasta los años noventa y desde el final de la Guerra Civil, durante más de 50 años, miles de personas en España pudieron ser objeto de desaparición forzada, con sustitución y alteración de sus identidades.
Estos miles de casos son los conocidos como bebés robados, a quienes se les han vulnerado el derecho a la protección de la vida familiar, donde se incluye el derecho a la identidad, a la nacionalidad, al nombre, y a las relaciones familiares.
La mayor parte de casos continúan en la impunidad, y la respuesta por parte del Estado a los procesos de búsqueda hasta ahora ha sido desinteresada, inadecuada e insuficiente. Esta falta de respuesta acrecienta un sufrimiento psicológico que alcanza el umbral de la tortura y otros malos tratos, según reconocen organismos internacionales de derechos humanos.
Firma para que el Parlamento apruebe una Ley sobre bebés robados.
Ayúdanos a llegar a 20.000
Firma y enviaremos esta petición en tu nombre a la Presidenta de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados.
Enviaremos esta petición junto con tu nombre, apellidos y país.
Isabel Rodríguez García
Presidenta de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados
Estimada Señora:
Me pongo en contacto con Usted en relación con la necesidad de impulsar el esclarecimiento efectivo de las violaciones de derechos humanos cometidas en España en relación con la sustracción irregular de bebés.
El Parlamento debe promulgar una ley específica destinada a la búsqueda e identificación de las personas que podrían haber sido víctimas de apropiación, desaparición forzada y/o sustitución de identidad. Esta ley, entre otras cuestiones, debería:
• Establecer un mecanismo de coordinación y canalización de estos procesos de búsqueda, que deberá ser implementado por el poder ejecutivo;
• Establecer una base de datos centralizada a nivel estatal, que integre muestras genéticas de todos los casos que hayan sido denunciados y de todas las víctimas y familiares que así lo deseen;
• Establecer las bases de una asistencia integral a las víctimas, con servicios de orientación jurídica, y acompañamiento psicosocial en todas las fases del proceso de búsqueda.
También pedimos la reforma del Código Penal para asegurar que el cómputo del plazo de prescripción en casos de desaparición forzada no comience sino hasta que se determine la suerte y paradero de la persona desaparecida. Muy especialmente, para garantizar que dicho cómputo, en el caso de los ‘bebés robados’, no comienza sino hasta que a la víctima se le garantiza la posibilidad real y legal de restablecer su identidad y, en su casos, los lazos familiares.
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