Las largas esperas para conseguir una cita, la saturación de servicios y la falta de seguimiento adecuado siguen afectando la salud física de los y las pacientes, agravando, en algunos casos, su salud mental y emocional.
Detrás de las cifras y estadísticas, hay historias humanas: personas lidiando con enfermedades que llegan a empeorar mientras esperan, familias preocupadas por el bienestar de sus seres queridos, y profesionales de la sanidad haciendo lo imposible por atender en condiciones de sobrecarga. Este artículo explora las formas en que los tiempos de espera afectan la salud mental y física de las personas, y subraya la necesidad urgente de reformar un sistema que, en demasiados casos, no llega a tiempo.
1. La espera interminable: una cita en atención primaria puede tardar más de una semana, afectando la vida diaria y la ansiedad de los y las pacientes.
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Una de las consecuencias más preocupantes de que las autoridades no prioricen la sanidad pública son los tiempos de espera en atención primaria: 7 de cada 10 personas en España tiene que esperar más de 48 horas para ser atendidas por falta de citas; de ellas, más de un 50% no la consiguieron hasta pasada una semana.
Algunas personas, además, reportan que, para cuando logran obtener la cita, su problema ha cambiado o incluso desaparecido, lo que revela la ineficacia de este sistema de atención saturado. Estos retrasos pueden llegar a crear una sensación de abandono en quienes necesitan atención urgente.
2. La ruleta de las urgencias: la saturación de la atención primaria lleva a acudir a urgencias por problemas no críticos, dando lugar a largas esperas y recursos mal utilizados.
La dificultad para conseguir una cita rápida en atención primaria empuja a muchas personas a buscar atención inmediata en urgencias, aunque sus problemas no sean críticos, pero sí lo suficientemente molestos como para afectar su calidad de vida.
Según la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), los servicios de urgencias en toda España están sometidos a una presión extrema, atendiendo en algunos casos a un 40% más de pacientes de lo habitual. Este desvío provoca un uso ineficiente de los recursos médicos y agrava la sensación de frustración en pacientes y profesionales de la salud.
3. La consulta médica de 5 minutos: la presión por atender a más pacientes resulta en consultas apresuradas donde no hay tiempo para una atención adecuada.
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“La consulta médica de 5 minutos” aborda una realidad que afecta gravemente a la calidad de la atención en la sanidad pública, especialmente en la atención primaria. El aumento de la presión asistencial ha llevado a que las consultas médicas se realicen de forma apresurada, con tiempos de atención que, en algunos casos, apenas superan los 5 minutos por paciente.
Este problema no es reciente, pero se ha agravado en los últimos años. En España, el número de consultas en atención primaria ha seguido en aumento, alcanzando más de 256 millones en 2023. Ante esta presión, los y las médicas de familia se ven obligados a acortar el tiempo dedicado a cada paciente, lo que resulta en consultas apresuradas y superficiales, sin posibilidad de realizar diagnósticos exhaustivos. Esta falta de atención adecuada genera complicaciones y a veces hace que haya pacientes que deban solicitar nuevas citas para abordar problemas no resueltos.
La situación es tan grave que el 70% de los y las profesionales de atención primaria en España denuncian que los recursos presupuestarios no son suficientes para garantizar un servicio de calidad.
4. La farmacia como segunda opinión: a veces algunas personas recurren a farmacéuticos/as para consejos médicos ante la dificultad de ser atendidas por la especialidad de atención primaria o por otra especialidad.
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Ante la saturación y dificultades de acceso en la atención primaria, muchas personas en España recurren a las farmacias para obtener orientación sobre cuestiones médicas. Este fenómeno ha ganado relevancia en los últimos años debido a la falta de citas disponibles, los largos tiempos de espera y las consultas apresuradas en los centros de salud. La atención farmacéutica se ha convertido en un pilar para muchas personas que buscan consejo y asistencia en la farmacoterapia, especialmente en el seguimiento de tratamientos y la dispensación de medicamentos.
El personal farmacéutico, aunque no reemplaza al equipo médico, desempeña un rol activo en la mejora de la salud de las personas, proporcionando recomendaciones y ofreciendo asesoría en salud preventiva. Esta tendencia es una respuesta al colapso del sistema de atención primaria, que ha llevado a que las farmacias sean vistas a veces como una "segunda opinión" en cuestiones médicas menos graves. Sin embargo, las personas expertas en salud subrayan la importancia de asegurar una atención integral y evitar riesgos derivados de la automedicación o del mal uso de los medicamentos.
5. Tras la atención primaria llega la lotería de los y las especialistas: la asignación de citas se ha convertido en un proceso largo e incierto.
La asignación de citas para la atención especializada en el sistema de salud ha sido objeto de críticas debido a su ineficiencia, lo que genera un proceso largo e incierto. Según el Barómetro Sanitario 2023, un 34,7% de los pacientes tuvo que esperar más de tres meses desde que su médico de atención primaria los derivó a otra especialidad hasta que finalmente fueron atendidos.
Como resultado, los pacientes a menudo se ven atrapados en un sistema donde la atención oportuna y adecuada se convierte en una lotería, dificultando la identificación y el tratamiento de problemas de salud potencialmente graves en etapas tempranas.
6. La soledad y la falta de seguimiento en pacientes crónicos: los recursos limitados dejan a muchas personas sin la atención continua que necesitan.
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El seguimiento continuo y la periodicidad adecuada son fundamentales en la atención de pacientes con enfermedades crónicas. Estas personas requieren un control regular de su salud, por lo que la falta de un seguimiento efectivo o irregular, donde las citas pueden ser espaciadas de forma inadecuada, dejan a los y las pacientes sin la supervisión necesaria para el control óptimo de su enfermedad.
Hay estudios que han demostrado que las personas que se sienten solas tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y de experimentar una progresión más rápida de sus síntomas. Además, aquellas que están aisladas tienden a buscar menos atención médica, lo que significa que a menudo solo reciben tratamiento cuando sus condiciones se agravan.
Por otro lado, la relación médico-paciente desempeña un papel crucial en el seguimiento efectivo. Un vínculo débil puede resultar en una comunicación ineficaz y en una menor adherencia a las recomendaciones, lo que afecta la capacidad del paciente a la hora de afrontar su enfermedad de manera correcta.
La Plataforma de Organizaciones de Pacientes subraya la necesidad de un abordaje integral y coordinado para atender las necesidades complejas de los pacientes crónicos, enfatizando que la atención primaria debe ser prioritaria y estar mejor dotada de recursos.
7. El estrés de quien cuida: el apoyo sanitario insuficiente sobrecarga a las familias que cuidan de personas enfermas o ancianas.
El rol de las personas que cuidan es fundamental, especialmente en el cuidado de personas con enfermedades crónicas o en situaciones de dependencia. Sin embargo, este papel también conlleva una carga significativa que puede resultar abrumadora, especialmente en un contexto donde los recursos de atención primaria son insuficientes. La falta de apoyo adecuado para las personas que cuidan puede provocar un aumento del estrés y la ansiedad, afectando tanto su salud mental como física.
Las cuidadoras a menudo tienen que hacer frente a múltiples responsabilidades, incluyendo la gestión de la atención médica del/la paciente, la administración de medicamentos y la realización de tareas domésticas. Sin un sistema de apoyo adecuado, muchas cuidadoras y familiares se sienten con sobrecarga y en soledad, lo que puede conducir al agotamiento y al deterioro de su salud. Al no tomarse los descansos necesarios se descuidan y retrasan consultas médicas esenciales. Un estudio indica que un alto porcentaje de cuidadores familiares experimentan síntomas de depresión y altos niveles de estrés
La necesidad urgente de actuar. Lo que pide Amnistía Internacional:
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La situación actual de la atención primaria en España afecta a quienes esperan una cita, a sus familias, a los y las profesionales de la salud y a todas aquellas personas que dependen de un sistema sanitario eficiente para mantener su bienestar. Las largas esperas, la falta de seguimiento y los recursos limitados están dejando cicatrices profundas en la salud física y mental de millones de personas.
Para mejorar la situación desde Amnistía Internacional pedimos:
Que se desarrolle una estrategia que fortalezca el Sistema Nacional de Salud, dando prioridad a la atención primaria, tal como lo recomiendan organismos internacionales, nacionales y el propio sector sanitario.
Que se revise y evalúe el Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2022-2023, y se establezca un nuevo plan de acción para 2024.
Que se aumente la inversión para reforzar las plantillas, mejorar las infraestructuras y proporcionar más recursos, poniendo especial énfasis en la atención primaria.
Que se acorten los tiempos de espera en atención primaria, garantizando que las solicitudes no urgentes sean atendidas en un plazo máximo de dos días.
Que se asegure una verdadera consulta y participación tanto del personal sanitario como de la población afectada, para incluir sus propuestas en la elaboración de esta estrategia de fortalecimiento.