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Los grupos paramilitares empeoran la situación de los derechos humanos

Londres.- La aparición en Nepal de grupos paramilitares respaldados por el gobierno –conocidos como "Fuerzas de Defensa Rural"– está aumentando el terror y la violencia que sufre la población civil del país, según ha podido comprobar Amnistía Internacional. En su último informe titulado Nepal: fractured country, shattered lives (disponible sólo en inglés), que se basa en una reciente visita a Nepal, la organización subraya que la situación de los derechos humanos en las zonas rurales sigue deteriorándose. El país continúa atenazado por el brutal conflicto armado que dura ya 9 años entre los rebeldes maoístas y las fuerzas de seguridad. "La creación de estas ‘Fuerzas de Defensa Rural’ difumina la distinción entre combatientes y no combatientes, y esto conlleva mayor número de víctimas civiles", ha afirmado Purna Sen, directora del Programa Regional para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional. El 2 de agosto, en respuesta a un informe de Amnistía Internacional publicado el 26 de julio y titulado Nepal: Children caught in the conflict, el Real Ejército de Nepal afirmó que los civiles no deben tomarse la justicia por su mano. Purna Sen afirmó: "Aunque acogemos con satisfacción estas declaraciones de los altos mandos del Real Ejército de Nepal, contradicen directamente la realidad que se vive en los distritos, donde hemos encontrado sólidos indicios de que las fuerzas de seguridad apoyan a los grupos paramilitares". Las "Fuerzas de Defensa Rural" surgieron en febrero de 2005 en el distrito de Kapilvastu donde, en el transcurso de una semana, la violencia orquestada por estos grupos se saldó con 31 muertes y 708 casas incendiadas. Desde entonces, las "Fuerzas de Defensa Rural" han extendido a otros lugares sus actividades con el apoyo del gobierno y de las fuerzas de seguridad. Los habitantes de las zonas rurales han confirmado a los delegados de Amnistía Internacional que estos grupos los aterrorizan, los reclutan a la fuerza para sus filas, los golpean, registran sus casas y acosan sexualmente a las mujeres. El último informe de Amnistía Internacional también pone de manifiesto numerosos casos de abusos contra los derechos humanos cometidos por las fuerzas de seguridad y los maoístas. Los delegados de Amnistía Internacional pudieron visitar a presuntos maoístas presos en cuarteles del ejército que habían sido torturados para conseguir que confesaran. "El ejército tortura de forma sistemática y habitual. Militares que operan en un entorno de total impunidad admitieron el uso de malos tratos para conseguir confesiones", ha afirmado Purna Sen. A Amnistía Internacional le preocupa que continúe reinando la cultura de la negación y la impunidad en las fuerzas de seguridad nepalíes. En una declaración realizada ayer, el Real Ejército Nepalí calificó de "generales" las afirmaciones de Amnistía Internacional según las cuales las fuerzas de seguridad habían detenido y torturado a menores, a pesar de que la organización había facilitado información detallada sobre casos concretos. También afirmó el Real Ejército Nepalí no saber nada de la presunta ejecución extrajudicial de tres menores, aunque Amnistía Internacional había enviado información sobre el incidente al jefe del Estado Mayor en enero de 2005. Durante la visita también se registraron numerosas y despiadadas atrocidades cometidas por rebeldes maoístas, como el secuestro y el homicidio de civiles y de personal de las fuerzas de seguridad desarmado. "A pesar de que los líderes maoístas afirman que respetarán los Convenios de Ginebra, en la práctica muestran pocas pruebas de este respeto. Los abusos perpetrados por todos los bandos del conflicto están dejando un legado de miles de vidas destrozadas y un país marcado por la violencia", concluyó Puma Sen.

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