Los ministros de Asuntos Exteriores reunidos en Ginebra para debatir la situación en Siria tienen la responsabilidad de garantizar que, a medida que se intensifica la violencia y siguen aumentando las bajas entre la población civil, una de las principales prioridades de la comunidad internacional es el establecimiento de una presencia dedicada a la vigilancia de los derechos humanos sobre el terreno, ha declarado hoy Amnistía Internacional. La organización también ha pedido al grupo que no aplique ninguna política de concesión de amnistía o cualquier otra medida similar por crímenes de derecho internacional en el contexto de cualquier plan de paz. Kofi Annan, enviado de Naciones Unidas y la Liga Árabe, ha invitado a los ministros de Asuntos Exteriores de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU —China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos— a la reunión que se celebrará mañana en Ginebra, así como a Turquía, Kuwait y Catar. También está previsto que asistan el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el presidente de la Liga Árabe, Nabil el Araby, junto con Catherine Ashton, alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. “Como los representantes se reúnen para abordar la crisis galopante en Siria, pretendemos recurrir a los participantes para prestar atención a la necesidad de una presencia que se encargue de vigilar la situación de los derechos humanos en Siria, que podría vigilar, investigar e informar públicamente sobre crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y abusos contra los derechos humanos cometidos por todas las partes”, ha señalado Ann Harrison, directora adjunta del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional. “A nuestro juicio, una de las principales deficiencias de la Misión de Observación de la ONU es que carece de un componente de derechos humanos, por lo que tiene una capacidad limitada para investigar e informar sobre posibles crímenes de derecho internacional.” “Creemos que contar con equipos desplegados sobre el terreno con la única misión de investigar e informar sobre abusos cometidos —con vistas al consiguiente procesamiento— puede ayudar a disuadir a los combatientes de cometer las clases de crímenes de derecho internacional que hemos venido documentando desde el comienzo de las revueltas.” Amnistía Internacional manifestó que se debe procurar a dichos observadores el necesario apoyo logístico y de otros tipos, como la seguridad, de manera que puedan viajar por todo Siria para vigilar e investigar las denuncias de abusos y visitar todos los centros de detención.
Sin una salida fácil La organización añadió que en cualquier “plan de acción” para la paz no debe incluirse ni la amnistía ni cualquier otra medida similar para crímenes de derecho internacional o graves violaciones de derechos humanos. “Es política de la ONU no conceder amnistías por crímenes de derecho internacional y, sin embargo, ya hemos visto que no se ha tenido en cuenta esta política en Yemen —donde se ha promulgado una ley de inmunidad— en interés de una acuerdo negociado. Algunos han señalado para Siria una solución al estilo de la aplicada en Yemen”, ha asegurado Ann Harrison. “Detener la matanza debe ser la prioridad de todos, pero resultaría terriblemente perjudicial que la comunidad internacional se viese tentada a ofrecer una salida fácil a los responsables de cometer crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra.”
