Las fuerzas israelíes y los grupos armados palestinos deben poner fin a los ataques aéreos irresponsables y los bombardeos indiscriminados con cohetes que han matado a civiles y sembrado el temor en la Franja de Gaza y el sur de Israel. Durante las dos últimas semanas han muerto unos 50 palestinos y palestinas y alrededor de 200 han resultado heridos en la Franja de Gaza debido a los ataques israelíes, aéreos y de otro tipo. Además, dos civiles israelíes han muerto y más de 20 han resultado heridos en la ciudad meridional israelí de Sderot por los cohetes Qassam lanzados desde la Franja de Gaza por grupos armados palestinos. Como ha sucedido a menudo en el pasado, transeúntes civiles desarmados se han llevado la peor parte en esta última serie de ataques y contraataques. En Israel, una mujer de 32 años, Shirel Friedman, murió la noche del 21 de mayo de 2007 al impactar un cohete en un vehículo en el aparcamiento de un centro comercial de Sderot. Pocos días después, la mañana del 27 de mayo, Oshri Oz, un hombre de 36 años, murió también en Sderot al caer un cohete junto al vehículo que conducía. Estos cohetes artesanales y rudimentarios son armas de efectos indiscriminados, pues no están guiados y por tanto no pueden dirigirse hacia objetivos concretos. Sus víctimas siempre han sido civiles. En las dos últimas semanas, los grupos palestinos, en su mayoría del brazo armado de Hamás, han lanzado más de 250 cohetes contra el sur de Israel. En estos ataques también han resultado destruidos o dañados viviendas y otros bienes. En la Franja de Gaza, han muerto a causa de los ataques aéreos israelíes de las últimas dos semanas, dirigidos en su mayoría contra activistas de Hamás, unos 20 transeúntes civiles desarmados, varios de ellos menores Siete miembros de la familia al-Haya, dos de ellos menores, murieron la noche del 20 de mayo de 2007 en un ataque aéreo israelí contra una sala de reuniones propiedad de la familia y adyacente a su domicilio en la ciudad de Gaza. Uno de los fallecidos era un activista de Hamás, pero no se cree que haya sido el objetivo del ataque. El propietario de la casa, parlamentario palestino por Hamás, no se encontraba en ese momento en la vivienda. La mañana anterior, un ataque aéreo israelí con misiles había matado a tres pastores, dos de ellos menores, en un campo de la ciudad de Gaza. Maher Hamad Abu Hasheesh y Mohammed y Samir 'Abdul Fattah Abu Mote'e tenían 15, 16 y 19 años, respectivamente. Las fuerzas israelíes lanzan frecuentemente ataques aéreos y artilleros contra objetivos de la Franja de Gaza. Según las autoridades israelíes, el objetivo de estos ataques es matar a miembros de grupos armados implicados en el lanzamiento de cohetes contra Israel y a activistas que se encuentran en sus domicilios o desplazándose en automóvil, además de destruir edificios que utilizan los grupos armados para fabricar o almacenar armas. Sin embargo, este tipo de ataques suelen matar y herir a gran número de transeúntes que no participan en las hostilidades y causar grandes destrozos en viviendas y propiedades públicas, especialmente cuando van dirigidos contra lugares situados en campos de refugiados y zonas residenciales densamente pobladas. Las autoridades de Israel y de Hamás tratan de justificar las acciones de cada bando como respuesta a ataques del otro. Y mientras, los residentes de Gaza y Sderot, que no participan en el conflicto, viven temiendo el siguiente ataque y sin poder protegerse ni proteger a sus seres queridos. Los grupos armados palestinos llevan a cabo ataques indiscriminados sabiendo que las víctimas de los cohetes Qassam son invariablemente civiles israelíes, mientras que las autoridades israelíes afirman que se hace todo lo posible para evitar a los transeúntes palestinos al lanzar los ataques contra objetivos de Gaza, pero su forma de actuar lo desmiente. Aunque son muy conscientes de que los ataques aéreos y artilleros contra campos de refugiados y zonas residenciales densamente pobladas provocarán casi con certeza daños entre las personas que transitan por esos lugares, como lo demuestran los miles de casos de los años recientes, continúan con estas prácticas. El hecho de que no modifiquen las prácticas de sus fuerzas y no establezcan las salvaguardias necesarias para evitar este tipo de frecuentes homicidios, lesiones y destrozos gratuitos indica una clara indiferencia hacia los derechos fundamentales de la población palestina. La actual oleada de ataques israelíes contra la Franja de Gaza se produce tras el más intenso de los enfrentamientos armados entre las fuerzas de seguridad palestinas y grupos armados palestinos, que tuvo lugar entre los días 13 y 20 de mayo de 2007 y en el que murieron unos 50 palestinos y palestinas y resultaron heridos unos 200. La mayoría de las víctimas fueron hombres armados, pero también hubo varios transeúntes que no participaban en los enfrentamientos y se vieron atrapados en ellos, al combatir ambos bandos en las calles y desde los edificios de zonas residenciales, causando el pánico entre los residentes. Las acciones de ambos bandos violan principios fundamentales del derecho internacional, en particular el derecho a la vida y la prohibición de utilizar como objetivo a la población civil. Amnistía Internacional pide: • a todas las partes en conflicto, que pongan fin de inmediato a los ataques que tienen como objetivo la población civil o le causan un daño desproporcionado;
• a Israel, que investigue cada uno de los casos de civiles muertos o heridos a consecuencia de ataques de las fuerzas israelíes y ponga a disposición judicial a los responsables del uso imprudente o desproporcionado de la fuerza;
• a la Autoridad Nacional Palestina, que tome medidas para evitar los ataques con cohetes o de otro tipo efectuados por grupos armados palestinos contra civiles israelíes y ponga a disposición judicial a los responsables de estos ataques;
• a la Autoridad Nacional Palestina, que se asegure de que todos los homicidios de civiles, secuestros y cualquier otro ataque contra civiles, sean palestinos, israelíes o de cualquier otra nacionalidad, son investigados, y que los responsables son puestos a disposición judicial.