Amnistía Internacional insta a los Estados miembros de la Unión Europea (UE) a que trabajen por una Europa del asilo en la que se respeten los derechos humanos de las personas refugiadas. En una carta enviada antes del Consejo de Justicia e Interior que se celebra los días 3 y 4 de junio, Amnistía Internacional pide también a la UE que convierta los derechos fundamentales en elemento básico de la cooperación con terceros países en lo relativo a la migración irregular.
El Consejo de Justicia e Interior adoptará conclusiones con respecto al seguimiento del Pacto Europeo sobre Inmigración y Asilo. Uno de los principales compromisos del Pacto es la creación de una zona común de asilo y la resolución de las lagunas existentes en la protección de las personas migrantes y solicitantes de asilo por parte de los países de la UE. La Comisión Europea presentó propuestas legislativas para abordar las diferencias en los sistemas de asilo de los Estados miembros, pero el debate entre estos ha resultado difícil, especialmente en cuestiones como las salvaguardas frente a la detención, el derecho a presentar recursos, las disposiciones sobre asistencia letrada y una definición más inclusiva de miembro de una familia. Además, ha habido falta de transparencia en las negociaciones sobre asilo por parte de la Presidencia española de UE.
“Los graves defectos del sistema de asilo de Grecia demuestran que no se puede hacer realidad un sistema común de asilo mientras las situaciones en los Estados miembros sean tan sumamente diferentes. A menos que las normas internacionales sobre refugiados y derechos humanos se pongan en práctica adecuadamente en todas partes, la UE no alcanzará sus propias metas y, lo que es más importante, seguirá fallando a quienes necesitan protección de forma desesperada”, ha declarado Nicolas Beger, Director de la Oficina de la Unión Europea de Amnistía Internacional.
Además, Amnistía Internacional insta a los Estados miembros a respetar los derechos humanos de las personas migrantes en la relativo a la cooperación con terceros países. Como consecuencia de la cooperación de España con Mauritania, en el pasado se han producido violaciones de derechos humanos, como detención arbitraria, negación de la protección y devoluciones. En la cooperación de Italia con Libia también se han documentado devoluciones de personas migrantes a países donde corren riesgo de ser sometidos a torturas y otras formas de malos tratos.
Amnistía Internacional recomienda que el Consejo estudie revisar las negociaciones sobre un acuerdo marco de cooperación UE-Libia para que sea coherente con los valores que representa la Unión. El Consejo también debe revisar su enfoque sobre los acuerdos de readmisión con los países de origen y tránsito, tales como Turquía y Pakistán, de modo que se tenga en cuenta la situación de los derechos humanos en estos países y la forma en que se trata a las personas migrantes y refugiadas. Cualquier otro acuerdo también debe ser objeto de una evaluación efectiva por parte de la Comisión Europea.
“Comprometer los derechos humanos desviando responsabilidades a terceros países no es una respuesta aceptable o sostenible a los flujos migratorios. Sin un compromiso renovado por parte de los Estados miembros de respetar sus obligaciones internacionales, no podremos abordar los problemas humanos más urgentes del siglo XXI”, ha concluido Beger.
/// FIN