Amnistía Internacional ha reafirmado hoy, 14 de junio, su más firme apoyo al derecho de las mujeres y niñas a ejercer sus derechos sexuales y reproductivos sin sufrir amenazas, fuerza o coacción.
En respuesta a una declaración del Vaticano, Amnistía Internacional ha rebatido la afirmación del cardenal Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, respecto a que el Vaticano iba a retirar su ayuda económica a la organización. “No hemos aceptado fondos del Vaticano y no aceptamos fondos de ningún otro Estado para llevar a cabo nuestra labor contra las violaciones de derechos humanos”, ha manifestado Kate Gilmore, secretaria general adjunta ejecutiva de Amnistía Internacional.
“Millones de personas del mundo entero, de los más diversos credos y creencias, realizan donaciones individuales a Amnistía Internacional. Entre esas donaciones hay ayudas muy bienvenidas de miembros de la fe católica. Confiamos en que el trabajo de Amnistía Internacional contra la tortura y la pena de muerte y en favor de una correcta administración de la justicia, también para las mujeres y las niñas, siga atrayendo el respaldo activo de personas con creencias de todo el mundo”, ha declarado Kate Gilmore.
En defensa del derecho de las mujeres a la integridad sexual y reproductiva frente a graves violaciones de derechos humanos, Amnistía Internacional incorporó recientemente a su política general sobre los derechos sexuales y reproductivos una visión de aspectos específicos del aborto. Esta incorporación no promueve el aborto como derecho universal, y Amnistía internacional sigue sin pronunciarse respecto a si el aborto es justo o injusto.
“La postura de Amnistía Internacional no es a favor del aborto como derecho, sino a favor del derecho de las mujeres –uno de sus derechos humanos– a no sufrir temor, amenaza o coacción al hacer frente a las consecuencias de la violación y otros graves abusos contra los derechos humanos”, ha aclarado Kate Gilmore.
Ayer, 13 de junio, el cardenal Martino, en una entrevista, instó a los católicos a retirar su apoyo a Amnistía Internacional, alegando que la organización “promueve el derecho al aborto”. Sin embargo, la actual política de Amnistía Internacional, que se mantiene junto a la larga oposición de la organización al aborto forzado, es respaldar la despenalización del aborto para garantizar que las mujeres tienen acceso a asistencia médica cuando sufran complicaciones derivadas del aborto, y defender el acceso de las mujeres al aborto, dentro de los límites razonables del tiempo de gestación, cuando su salud o sus derechos humanos corran peligro.