La presión de la UE para que se “mantenga a la gente fuera" contribuye a que se cometan graves abusos contra los derechos de las personas migrantes

Bruselas.- En vísperas de la cumbre de la UE que se celebrará en Hampton Court, y en la que está previsto que España y Francia presenten una iniciativa conjunta sobre el control de la inmigración, Amnistía Internacional ha hecho públicas las conclusiones de una visita de 10 días a España y Marruecos. Estas conclusiones demuestran no sólo que se están cometiendo graves abusos contra los derechos humanos de migrantes en las fronteras de Europa, sino también que nadie asume la responsabilidad. La visita de Amnistía Internacional ha tenido lugar después de que al menos once personas hayan muerto y muchas otras hayan resultado heridas al tratar de entrar en los enclaves españoles de Ceuta y Melilla. Las conclusiones se han hecho públicas en una conferencia de prensa celebrada hoy, 26 de octubre. A Amnistía Internacional le preocupa que la respuesta de la Unión Europea a esta última crisis, tras las crisis similares de Italia y Malta, se centrará una vez más de forma casi exclusiva en el control de la inmigración ilegal. La organización de derechos humanos afirma que los Estados miembros de la UE deben reconocer que la presión política y económica que están ejerciendo sobre los países vecinos para que “mantengan a la gente fuera de Europa” está contribuyendo a crear una situación de caos. Es necesaria una estrategia global que garantice que se protegen los derechos humanos de algunas de las personas más pobres del mundo, independientemente de si reúnen los requisitos para ser consideradas refugiados o no. "Las pruebas que hemos visto demuestran que los agentes encargados de hacer cumplir la ley utilizaron fuerza tanto ilegítima como desproporcionada, incluidas armas letales. Hirieron y mataron a personas que trataban de cruzar la valla. A muchas de las personas gravemente heridas que consiguieron entrar en territorio español las empujaron de vuelta al otro lado de la valla sin formalidad legal alguna y sin asistencia médica”, ha declarado Javier Zúñiga, director de la delegación de Amnistía Internacional que ha visitado España y Marruecos y consejero de los Programas Regionales del Secretariado Internacional de la organización, en Londres. Amnistía Internacional señala que incluso la reciente misión técnica de la UE a la zona reconoció la falta de protección adecuada a los refugiados en Marruecos. La misión de la UE recibió testimonios que indicaban que esta ausencia de protección ha conducido a la “devolución” por parte de las autoridades marroquíes de solicitantes de asilo y personas ya reconocidas como refugiados por el ACNUR. Además, a centenares de migrantes, incluidos solicitantes de asilo, los trasladaron a regiones desérticas remotas cercanas a la frontera con Argelia, y les ordenaron que cruzaran a pie la frontera hacia localidades de Argelia. Los dejaron allí sin comida ni agua, o con provisiones insuficientes. Las conclusiones de Amnistía Internacional también destacan las terribles dificultades a las que se enfrentan las personas migrantes que tratan de pedir asilo en las fronteras españolas. Hasta el momento se han presentado pocas propuestas, ya sea de Estados miembros individuales de la UE o de la UE colectivamente, para abordar esta cuestión o para encarar el trato inhumano que reciben las personas que no reúnen los requisitos para ser consideradas refugiados según los Convenios de Ginebra. “Europa debe buscar soluciones colectivas a un problema al que ha contribuido, soluciones que garanticen que no se mata o hiere a personas en las fronteras con la UE, y que quienes desean solicitar asilo pueden hacerlo libremente”, ha declarado Javier Zúñiga. La organización de derechos humanos ha subrayado su honda preocupación porque el informe de la misión técnica de la UE incluye propuestas destinadas a aumentar los controles de la migración, incluyendo incluso la cooperación con países como la República Democrática del Congo o Costa de Marfil, donde se cometen abusos masivos contra los derechos humanos.