Amnistía Internacional ha evaluado tres nuevos vídeos tomados en el estado de Rajine este mismo viernes por la tarde en los que pueden verse grandes columnas de humo que ascienden desde pueblos rohingyas, uno de ellos ya desierto, así como imágenes de satélite en las que se aprecia humo sobre estructuras incendiadas.
Fuentes del norte del estado de Rajine afirman que los incendios han sido provocados por miembros de las fuerzas de seguridad de Myanmar y grupos parapoliciales locales.
“La abrumadora evidencia de las imágenes tomadas en tierra y desde el espacio contradice las declaraciones de Aung San Suu Kyi, que afirmó que las ‘operaciones de limpieza’ —así las denominó— del ejército en el estado de Rajine habían terminado el 5 de septiembre”, ha dicho Tirana Hassan, directora de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional.
“Casi tres semanas después, podemos ver en tiempo real que la campaña de violencia contra los rohingyas en el norte del estado de Rajine no cesa. Los hogares y los pueblos de los rohingyas siguen ardiendo antes, durante y después de que sus habitantes huyan aterrorizados. No satisfechas con obligar a los rohingyas a irse de sus casas, las autoridades parecen intentar asegurarse de que no tienen casas a las que volver.
“Ha pasado el momento de dar a los dirigentes políticos y militares de Myanmar el beneficio de la duda. La comunidad internacional debe condenar su actuación de forma inequívoca y tomar medidas reales para detener esta campaña de limpieza étnica, además de exigir cuentas a sus autores.”
En un vídeo tomado el 21 de septiembre cerca del pueblo de Hpar Wat Chaung, en el norte del municipio de Maungdaw, al fondo de unas tierras de cultivo se ve una gran columna de humo que surge de un poblado situado entre unos árboles. Un lugareño dijo a Amnistía Internacional que los incendios habían sido provocados por la policía de fronteras de Myanmar y grupos parapoliciales a primeras horas de la tarde, y que esa misma noche hubo otras operaciones de quema.
Amnistía Internacional examinó las imágenes de satélite de Hpar Wat Chaung tomadas el 16 y el 22 de septiembre. En la más reciente sigue viéndose humo, lo que demuestra claramente que el pueblo había sido incendiado, y estructuras que seguían en pie unos días antes habían quedado arrasadas por el fuego. Además, los sensores de satélite detectaron un incendio reciente activo en el pueblo, lo cual corrobora el incidente.
Otros dos vídeos tomados desde diferentes ángulos, según los informes a las afueras del pueblo de Nga Yant Chaung (municipio de Buthidaung), muestran el pueblo en llamas la tarde del viernes. Según han dicho activistas a Amnistía Internacional, en concreto una fuente del propio estado de Rajine, el incendio comenzó entre la 1:30 pm y las 2:00 pm hora local. Campaña de tierra arrasadaEl 14 de septiembre, Amnistía Internacional publicó evidencias irrefutables de una campaña de tierra arrasada en gran escalaen el norte del estado de Rajine, donde las fuerzas de seguridad de Myanmar y grupos parapoliciales han incendiado pueblos rohingyas y disparado indiscriminadamente contra quienes trataban de huir. La violencia forma parte de una respuesta ilegal y desproporcionada a los ataques coordinados efectuados el 25 de agosto por un grupo armado rohingya contra puestos de seguridad.
El análisis llevado a cabo por la organización a partir de datos sobre detección de incendios activos, imágenes por satélite, fotografías y vídeos sobre el terreno, así como entrevistas a decenas de testigos presenciales en Myanmar y al otro lado de la frontera en Bangladesh, muestra una campaña orquestada de incendios sistemáticos lanzada contra pueblos rohingyas en el norte del estado de Rajine.
Debido a la violencia, desde el 25 de agosto más de 429.000 personas han huido como refugiadas a Bangladesh. Jurídicamente se trata de crímenes de lesa humanidad: asesinato y expulsión o traslado forzoso de la población.
Decenas de miles de personas más, incluidos miembros de otras minorías étnicas del estado de Rajine, también han quedado desplazadas a consecuencia de la violencia.