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Las mujeres luchan contra un polémico proyecto de ley sobre la poligamia

El polémico proyecto de ley sobre la poligamia limitaría aún más los derechos de las mujeres iraníes. © Al Mak/Demotix

Una noche del verano de 2008, las esposas de algunos parlamentarios iraníes comenzaron a recibir llamadas telefónicas. “¿Le importaría que me casara con su esposo, tan sólo por una semana?”, preguntaba la voz femenina al otro lado del teléfono. Las mujeres que llamaban argumentaban que tener otra esposa es un derecho del varón según la religión musulmana. Si accedían a ello, las esposas de los parlamentarios estarían realizando una buena acción según el islam. La reacción de algunas de las esposas fue colgar el teléfono asustadas. No obstante, lo último que pretendían las mujeres que realizaron las llamadas era casarse con los parlamentarios iraníes. En realidad, eran activistas de los derechos de las mujeres contrarias a la polémica “Ley de Protección Familiar” propuesta por el gobierno en 2007. Las activistas afirman que descubrieron que al menos 65 varones del Parlamento iraní, compuesto por 290 miembros, tenían dos o más esposas. A pesar de que la poligamia infringe el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), ratificado por Irán. El artículo 23 establece que los Estados deben garantizar que tanto hombres como mujeres tienen los mismos derechos al casarse o con la disolución del matrimonio. Si la “Ley de Protección Familiar” se aprobase, los derechos de las mujeres iraníes se verían aún más limitados, ya que se permitiría que los varones tuvieran hasta tres esposas más sin necesidad del consentimiento ni el conocimiento previo de la primera esposa. En la actualidad, la legislación iraní permite que los varones musulmanes tengan hasta cuatro esposas, pero sólo después de obtener la orden de un tribunal en la que se demuestre que cuenta con el permiso de la primera esposa y que puede tratar a todas por igual. Para las mujeres que dependen por completo de los ingresos de su marido, compartirlos con una segunda, tercera o cuarta esposa puede suponer graves dificultades económicas. Actualmente, el chiismo islámico ya permite que los varones iraníes tengan tantas “esposas temporales” como deseen sin necesidad de informar a su primera mujer. La duración de un matrimonio temporal se fija con anterioridad, y puede durar desde tan sólo unas horas hasta décadas. Las esposas temporales suelen enfrentarse a ostracismo social, y sus hijos pueden tener dificultades a la hora de acceder a servicios públicos como la educación, porque si el matrimonio no consta en ningún registro, puede resultar muy complicado demostrar la paternidad. Roya Kashefi, de la Asociación de Investigadores Iraníes, trabaja conjuntamente con activistas de los derechos de las mujeres en Irán. “En el islam, la familia es el elemento más importante dentro de la sociedad”, afirma Roya Kashefi. “Es una entidad sagrada y en la Constitución iraní hay muchos artículos que señalan la importancia del matrimonio, por lo que resulta realmente contradictorio tener leyes que ponen en peligro las bases del mismo al permitir la poligamia.” Roya Kashefi ha ayudado a organizar una exposición por Europa con un mural en el que se cuentan las trágicas historias de 40 mujeres iraníes que son segundas esposas o esposas temporales, así como las historias de los hijos de estos matrimonios. El objetivo de la exposición, titulada “Chehel Tikeh” (“Cuarenta piezas”), es concienciar a nivel internacional sobre el discriminatorio proyecto de ley propuesto en Irán. El mural se llevó hace un año al Parlamento iraní, el Majles, aunque los parlamentarios se negaron a aceptarlo. Y también se presentó un llamamiento, firmado por 15.000 mujeres, en el que se pedía la prohibición de la poligamia. Las activistas de los derechos de las mujeres instan a las autoridades de Irán a que ilegalicen la poligamia, garanticen la igualdad entre hombres y mujeres ante el divorcio y los derechos de custodia, y creen leyes para acabar con la violencia en el ámbito familiar. En la actualidad, en Irán los maridos pueden impedir a sus esposas que trabajen, salgan del país o realicen estudios superiores. Es muy difícil que una mujer se pueda divorciar sin el consentimiento de su marido -aunque el esposo haya tenido conductas violentas con ella-, y si vuelve a contraer matrimonio tras el divorcio, pierde la custodia de los hijos. Las activistas afirman que las disposiciones del nuevo proyecto de ley dificultarán aún más que las mujeres puedan divorciarse, por lo que miles de ellas se verán expuestas a sufrir continuos actos de violencia en el ámbito familiar, algo que no aparece tipificado como delito en la legislación iraní. Cuatro años después de la presentación del proyecto de ley, todavía no se ha aprobado, principalmente por la oposición generalizada de una amplia coalición de grupos de mujeres. Por el momento, es muy poco probable que se prohíba la poligamia en Irán, a pesar de que el Comité de Derechos Humanos de la ONU –un organismo formado por expertos cuyo objetivo consiste en supervisar la observancia del PIDCP- afirma que esta práctica debe abolirse porque atenta contra la dignidad de las mujeres. Para que se produzca un cambio en el país necesitamos presión externa, ha dicho Roya Kashefi. “La comunidad internacional tiene que apoyar las voces de las mujeres iraníes y hacer sonar las alarmas sobre este proyecto de ley, que hará que las mujeres en Irán sean todavía más vulnerables que ahora”, ha expresado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional. “En lugar de promover la igualdad entre hombres y mujeres, los parlamentarios iraníes pretenden hacer caso omiso, una vez más, del derecho internacional, y conseguir que los derechos de las mujeres den un paso atrás”, ha añadido.

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