La muerte del director de Air France eleva el nivel de inseguridad en el país

Didier Mortet, director de la compañía aérea Air France en Haití, es la última víctima de los elevados índices de violencia que han costado la vida a cientos de civiles desde el levantamiento de febrero. Didier Mortet murió alcanzado por los balazos disparados por tres hombres que iban en una moto cuando se dirigía a su domicilio en la capital, Puerto Príncipe. “La facilidad para acceder a las armas y el clima de impunidad continúan exacerbando la inseguridad y las violaciones de derechos humanos en Haití, al no haber medidas para detenerlas”, ha dicho Amnistía Internacional. "El gobierno provisional haitiano ha estado actuando con deliberada lentitud: tras 100 días en el poder, no hay señales del tan necesario programa de desarme ni ha habido un verdadero intento de aprehender a presos fugados y a conocidos violadores de derechos humanos”, ha dicho Amnistía Internacional. “Todas las violaciones de derechos humanos –continuó la organización– deben investigarse de forma exhaustiva e imparcial, sea cual sea la nacionalidad o las opiniones políticas de las víctimas o de sus autores”. La Fuerza Multinacional Provisional (FMP) no llevó a cabo la tarea de establecer ni mantener la seguridad y el orden público en el país ni desarmó y disolvió a los grupos armados. La responsabilidad es ahora de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). Desde que ésta asumió el poder, el 1 de junio, tiene un mandato urgente y explícito, consistente en apoyar al gobierno de transición y a las instituciones de derechos humanos del país en la promoción y el respeto de los derechos humanos, ayudar a reformar y reforzar la judicatura y ayudar con los programas de desarme. Amnistía Internacional espera que la MINUSTAH cumpla su mandato.