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El legado de los Juegos Olímpicos, enturbiado por las detenciones

Amnistía Internacional ha documentado abusos contra los derechos humanos en el contexto de los Juegos Olímpico de Sochi. © LOIC VENANCE/AFP/Getty Images
El legado de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi va a quedar empañado por las numerosas violaciones de derechos humanos cometidas durante los preparativos y en el transcurso de los Juegos y por el hecho de que el Comité Olímpico Internacional (COI) no haya pedido explicaciones a las autoridades rusas por las detenciones y palizas que han ensombrecido este prestigioso acontecimiento deportivo; así lo ha afirmado Amnistía Internacional la víspera de la ceremonia de clausura.

“Los Juegos Olímpicos tienen como meta contribuir a un mundo pacífico y mejor. En Sochi no se ha alcanzado esa meta. La razón es sencilla: la represión de las autoridades rusas no ha disminuido un ápice en el transcurso de los Juegos y el movimiento olímpico no ha puesto en tela de juicio en ningún momento el compromiso declarado por el país anfitrión con la promoción de los derechos humanos”, ha afirmado Sergei Nikitin, director de la Oficina de Amnistía Internacional en Moscú.

“El hostigamiento, las detenciones y reclusiones, las acusaciones falsas y los juicios injustos que han sufrido los activistas bajo los resplandecientes focos de las cámaras de todo el mundo son una lacra para los Juegos. No augura nada bueno para cuando se clausuren y los medios de comunicación del mundo se marchen de Rusia.”

La lista de violaciones de derechos humanos cometidas en el contexto de estos Juegos Olímpicos es larga.

El 18 de febrero, hacia la mitad de los Juegos, nueve personas fueron detenidas en el centro de Sochi. Entre ellas estaban Nadezhda Tolokonnikova y Maria Alyokhina, pertenecientes al grupo punk Pussy Riot y anteriormente adoptadas como presas de conciencia por Amnistía Internacional. Al día siguiente, varios hombres de uniforme que decían llamarse “Cosacos” abofetearon, azotaron y empujaron al suelo a varias integrantes del grupo.

Vladimir Luxuria, activista transgénero procedente de Italia, fue detenido en Sochi el 17 de febrero por desplegar una pancarta con el arco iris donde decía: “No pasa nada por ser gay”. Otros activistas y periodistas también sufrieron acoso, y algunos fueron detenidos.

“Hubo un momento en que los informes de detenciones de activistas en Sochi y sus alrededores llegaban prácticamente a diario. También fueron detenidos activistas que intentaban protestar contra la discriminación en otras partes del país, lejos del foco de atención de los Juegos Olímpicos”, ha dicho Sergei Nikitin.

Con antelación a los Juegos, los activistas expusieron asuntos que suscitaban profunda preocupación. Entre ellos estaban los desalojos forzosos para permitir la construcción de infraestructuras olímpicas, las precarias condiciones laborales de trabajadores mal pagados y la destrucción de bellos parajes naturales protegidos. Se hostigó y detuvo  a activistas que pusieron al descubierto estas violaciones de derechos humanos.

Los activistas Yevgeniy Vitishko e Igor Kharchenko, miembros de la organización ecologista Vigía Ambiental del Cáucaso Septentrional (Ecologicheskaya Vakhta po Severnomu Kavkazu), con base en la región de Krasnodar, que ha albergado los Juegos Olímpicos, fueron detenidos por separado los días 3 y 4 de febrero, respectivamente. Fueron condenados a cumplir periodos de reclusión por cargos falsos de vandalismo y desacato a la policía. Ambos estaban entre rejas mientras los visitantes de su región natal de Krasnodar disfrutaban de la ceremonia inaugural de los Juegos. El preso de conciencia Yevgeny Vitishko fue condenado posteriormente a tres años de prisión en relación con su activismo ecologista.

El grupo llevaba tiempo denunciando la destrucción de bosque protegido y otros daños medioambientales que habían causado los Juegos Olímpicos en su región. Otros miembros de la organización ecologista han sido reiteradamente objeto de detención y breves periodos de reclusión, registros personales, interrogatorio de los propios activistas y de familiares cercanos por parte de la policía, y avisos no oficiales de representantes de la policía y las fuerzas de seguridad para que se abstuvieran de protestar durante los Juegos Olímpicos de Sochi.

“El acoso de la organización ecologista Vigía Ambiental del Cáucaso Septentrional y el encarcelamiento de Yevgeniy fueron la culminación de una campaña concertada para silenciar y reprimir las voces críticas con antelación a los Juegos Olímpicos de Sochi”, ha señalado Sergei Nikitin.

Amnistía Internacional ha pedido insistentemente al Comité Olímpico Internacional que condene las detenciones y el hostigamiento
de ecologistas en Sochi y sus inmediaciones antes de los Juegos y en su transcurso, y que aborden las graves violaciones de derechos humanos relacionadas con los preparativos y la celebración de los Juegos Olímpicos de Sochi. Lo mismo solicitaron otras organizaciones de derechos humanos.

“El Comité Olímpico Internacional ha guardado un silencio absoluto en relación con las violaciones de derechos humanos cometidas en Rusia. Sin duda los Juegos Olímpicos deben estar por encima de la política, pero no de los derechos humanos. En lugar de promover la igualdad y los derechos humanos, los miembros del Comité Olímpico Internacional se han lavado las manos de toda responsabilidad y han preferido dar por válida la versión oficial transmitida por las autoridades”, ha afirmado Sergei Nikitin.

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